Por Jesús Michel Narváez
Si como se observa la Comisión Federal de Electricidad presentó documentos apócrifos para justificar el apagón que afectó a más de 10 millones de usuarios el pasado 29 de septiembre, de nada habrá valido la férrea defensa que hiciera el presidente López de Manuel Bartlett, a quien cobijó y acusó a los conservadores de ser autores si no del incendio sí del linchamiento en contra del director de la empresa.
El escándalo ha ido escalando y ya llegó a un piso en el que la escalera de regreso se derrumbó y no hay elevador por, aunque usted no lo crea, falta de energía eléctrica.
Sin que se tome como una acción sorpresiva, la Secretaría General de Gobierno del Estado de Tamaulipas presentó ante la Fiscalía General de Justicia del estado, una denuncia de hechos contra quien resulte responsable en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a fin de que las investigaciones identifiquen a los responsables de elaborar y difundir documentos apócrifos.
Es de hechos. No hay nombres de posibles autores del engaño. Pero como la investigación la realizará la autoridad estatal, a lo mejor surgen.
La CFE presentó ante los medios de comunicación –no ante el ministerio público- un documento con la intención de atribuirle a la Coordinación Estatal de Protección Civil una comunicación que nunca existió.
En la denuncia presentada, se sostiene que el documento es apócrifo. Y describe la razón para sustentar su acción:
La falsificación de documentos en este caso es evidente porque 1- La firma expuesta del director de Coordinación con Municipios es diferente a la del funcionario estatal. El mismo servidor nunca suscribió el oficio presentado. 2.- El formato y la disposición de los logotipos incorporados en el documento son distintos a los empleados por la Coordinación Estatal de Protección Civil. 3.- Es falsa la descripción de hechos: Protección Civil no tuvo participación en el incendio del pastizal mencionado, y las bitácoras no muestran llamada alguna de CFE en el número de emergencias 911. Y, 4.- El número de folio es fraudulento al no coincidir con la serie institucional, además de que carece de sellos de despachado.
Concediendo sin aceptar la defensa realizada desde el púlpito presidencial, las investigaciones –aunque sea de autoridades estatales- deberán comprobar lo que contiene la denuncia. Si las cosas son como se presentan entonces en la CFE están metidos en un embrollo monumental.
Y la trama diseñada por una mente quizá brillante pero para el mal, se está cayendo.
No se trata de cuestionar la honorabilidad –si alguno la tiene- de los funcionarios de la empresa Improductiva del Estado, sino de hurgar debajo del carbón tamaulipeco comprado al senador Guadiana –propietario de minas y amigo personal del presidente- qué razón técnica podría justificar un apagón de la dimensión que registró el del 29 del recién cancelado diciembre.
Sería una sinrazón que un gobierno, el que fuere, no tuviera responsabilidad en un evento que no constituyó ni compló ni sabotaje. Porque ambos preceptos no han sido mencionados ni siquiera por quien posee los otro datos.
Si en la CFE hay fabricación de documentos para señalar culpables que no lo son, estaríamos ante una acción que deja en estado de indefensión a quienes no comparten el proyecto político personal y no por ello son enemigos de la patria.
¿De verdad fue el incendio?… ¿es cierto que las líneas se recargaron con energías limpias?… ¿Qué tanto se defiende?
Son preguntas que el mismísimo satán debe contestar, porque pareciera que todo lo malo que ocurre en el país es culpa de los conservadores, los neoliberales, los fifís y no de la incapacidad de quienes tienen la responsabilidad de otorgar los servicios, que no son gratuitos, a los usuarios en este caso de la energía eléctrica. EL teleculebrón va para largo, si no es que antes silencian al gobierno de Tamaulipas a cargo de un gobernador echado p´lante.
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