Rapax, empresa que limpia Palacio Nacional, está vinculada con la espía «Pegasus», las empresas fantasma «Zamtria» y «Grisuver» con las que Javier Duarte de Ochoa obtuvo dinero público de manera ilegal.
Homero 538, de la colonia Polanco es —y ha sido— sede de los casos de corrupción más alarmantes en la historia reciente de nuestro país. Domicilio vinculado con la empresa Rapax SA de CV, que limpia las instalaciones donde habita el presidente Andrés Manuel López Obrador, sólo los fines de semana.
Además, el edificio ubicado en Homero número 538, en Polanco, ha sido registrado como domicilio fiscal en diversas licitaciones ganadas por Rapax y está ligado con personas que han cometido ilícitos y que aún son investigadas por el Gobierno de México.
Aunque desde hace más de 6 años el domicilio, especifícame el despacho 303, se vio vinculado en investigaciones judiciales por espionaje a políticos, periodistas y activistas de derechos humanos, a través del malware espía “Pegasus”, Rapax decidió ocupar las mismas oficinas.
La entonces PGR (hoy Fiscalía) pagó 52 millones de dólares a la empresa fantasma Tech Bull, por el programa informático “Pegasus”, que se vende únicamente a gobiernos con el propósito de vigilar a organizaciones criminales y terroristas.
Sin embargo, un estudio realizado por las organizaciones Artículo 19, R3D, Red en Defensa por los Derechos Digitales y Social Tic, Tecnología digital para el cambio social, apoyados por Citizen Lab, revela que se registraron, al menos, 76 intentos para espiar a periodistas y defensores de los derechos humanos en México, sólo entre enero de 2015 y julio de 2016.
Aunque finalmente el documento señala que se comprobó el espinaje sólo a 12 comunicadores y activistas, entre ellos, por ejemplo, a periodistas que investigaron casos de corrupción gubernamental y a los abogados de los familiares de los 43 alumnos desaparecidos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.
En los últimos dos años, Rapax ganó licitaciones en las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, mediante la cual ofrece el servicio de limpia en las instalaciones de Palacio Nacional, donde despacha el presidente López Obrador, lugar que también usa como residencia.
Trabaja, también para la Secretaría de Comunicaciones y Transporte y la Fiscalía General de la República. En total, ha obtenido más de medio millón de pesos en licitaciones que incluyen órganos autónomos como el TSJCDMX y dependencias como el IPN, en dónde ganó, por lo menos, 236 millones de pesos.
Aunque sus ganancias rebasa el medio billón de pesos durante el pasado 2020, en las oficinas “virtuales” de Rapax sólo está una solitaria recepcionista. Los más de 3 mil empleados que contrató Rapax para limpiar el IPN tienen registrado en sus credenciales de trabajo el número 538 de Homero, como domicilio de dicha empresa.
Aunque los gafetes marcan el interior 701, durante una investigación realizada en el lugar, se constató que Rapax, S.A.de C.V. está registrada como una de las empresas que ocupan los interiores 303 y 304, en donde la recepcionista recibe lo mismo correspondencia o mensajes y, además, niega dar otra ubicación para localizar a los dueños de la empresa de limpia.
“Ellos no vienen, yo les recibo los recados y luego se los doy, pero aquí no están”, señaló la recepcionista entrevistada en el lugar que esta relacionado con los fraudes de Zamtria y Grisuver que usó Javier Duarte de Ochoa para obtener millones de pesos cuando gobernaba Veracruz.
El policía, ubicado en la recepción del edificio, confirmó que desde hace medio año Rapax se cambió de la oficina 701 al piso 3, domicilio fiscal de Tech Bull (Pegasus) que transitó miles de comunicaciones personales de periodistas y activistas de los derechos humanos obtenidos de manera ilegal.
Las autoridades judiciales relacionan a Homero 538 con el domiclio fiscal de Zamtria, cuya socia es Patricia Ríos Triana accionista de 12 empresas veracruzanas, una de ellas Desarrolladores Mercalim que formaba parte de la red fantasma de Duarte, hoy preso en el Reclusorio Norte de la capital del país.
Aunque la ley obliga a Rapax a darle certeza jurídica y laboral a sus empleados, la empresa no proporciona a la totalidad de ellos al IMSS, y a ninguno le da vacaciones, utilidades ni liquidación y el aguinaldo lo entrega incompleto, según testimonios de empleados que fueron entrevistados en las instalaciones del IPN, en Zacatenco y en la SHCP, en Reforma.