Los propietarios de Neverland, el famoso y extravagante rancho en California (EE.UU.) que fue la residencia del cantante Michael Jackson, lograron vender la propiedad del artista, ofertada desde 2015, por 22 millones de dólares, un precio muy por debajo de los 100 millones que se pedían en 2017.
El comprador es Ronald Burkle, copropietario del equipo de Hockey Pittsburgh Penguins y cofundador de la firma de inversión Yucaipa, según informa la prensa local.
El rancho, bautizado “Neverland” (el país de Nunca Jamás) en honor a la isla mágica de la obra “Peter Pan y Wendy”, del escritor J. M. Barrie, a la que se llega volando y donde los niños no crecen, fue comprado por Jackson en 1987 al magnate de campos de golf William Bone por 17.5 millones.
Seis años después de la muerte de Jackson, quien murió en 2009 a los 50 años por una sobredosis de medicamentos, sus herederos pusieron a la venta este famoso complejo de mil 100 hectáreas situado en el valle vitivinícola de Santa Ynez, por 100 millones de dólares.
En 2017, los herederos del cantante redujeron el precio de venta hasta los 67 millones y la prensa local aseguraba entonces que el rancho seguía en un estado “impecable”, con la “única diferencia” respecto a cuando vivía el rey del pop de que ya no había elefantes, ni tampoco el tren y el parque de atracciones que lo caracterizaba.
Pero dos años después, ante la ausencia de compradores y en medio de la polémica que se desató en Estados Unidos por la publicación del documental “Leaving Neverland“, que emitió HBO y donde, a lo largo de cuatro horas, se exploran las acusaciones de abuso sexual contra el cantante, la propiedad sufrió una nueva rebaja, de 67 a 31 millones de dólares.
Jackson fue absuelto en 2005 en un juicio en el que se le acusaba de haber abusado de un joven, mientras en 1994 llegó a un acuerdo económico fuera de los tribunales con la familia de otro chico que lo señalaba por el mismo delito.
El precio final de la propiedad, de acuerdo con el diario The Wall Street Journal ha sido de 22 millones de dólares.
Según un portavoz de Burkle, la intención del comprador no es establecer su residencia donde un día vivió Jackson, sino una inversión inmobiliaria para poder venderla en un futuro.