*No han Podido, no han Querido o no han Sabido el Ejercicio
*Tristeza por Sólo Servir de Instrumento Manipulable
*El Caso de la Doctora en Sociología Concheiro Bórquez
Y Doña Graciela Tendrá en sus Manos las Encuestas
Por Nidia Marín
Quedándole a deber a la nación, pero recibiendo premios por obediencia absoluta al ungido, la mayoría de las mujeres en el actual gabinete y en los altos puestos del gobierno, por desgracia no han podido o no han sabido ganarse el respeto de la mayoría de los mexicanos.
¿Ejemplos? Cuatro: Irma Eréndira Sandoval, en la Secretaría de la Función Pública; Alejandra Frausto Guerrero, en la Secretaría de Cultura; María del Rosario Piedra Ibarra, en la Comisión Nacional de Derechos Humanos; y Graciela Márquez Colín, hasta hace unos días secretaria de Economía.
Y cuando hablamos de una mayoría, nos referimos a aquellos ciudadanos de la República que son conocedores del desempeño en los puestos gubernamentales que ocupan u ocuparon y no de los que, mediante un dinero, una prebenda o un contrato agachan la cabeza en señal de sumisión.
Ellas no han podido, no han querido o no han sabido desempeñarse y lograr el respeto profesional de los varones y de los propios funcionarios del gobierno, porque de tal manera sucede cuando el autoritarismo es el rumbo que toma un gobierno como sucede actualmente.
No hay lejanía en los países que lo aplicaron en América Latina y tampoco en el tiempo porque esa palabra, autoritarismo, fue colocada desde los años 60 del siglo pasado para definir al franquismo y posteriormente se extendió por toda Latinoamérica donde su imputación era el pan de cada día.
¡Y vaya que había tela de donde cortar! Sí, desde golpes de Estado hasta regímenes burocráticos-autoritarios o militares y dictaduras.
Hoy se presentan novedades y las denominadas transiciones democráticas en el mundo son constantes. También en América Latina, donde al mismo tiempo ingresan en grupo varias mujeres a las posiciones antes reservadas para los varones, pero su llegada y su trabajo no causan reconocimiento, sino tristeza por sólo servir de instrumento manipulable para el varón mayor.
En algún momento se creyó que las cuotas de género serían el punto de partida para el avance de las féminas en materia política. No fue suficiente para garantizarlo y cerrar las brechas de desigualdad en el ámbito político.
Hoy, por desgracia, se ha demostrado que tanto varones como féminas son capaces de no desarrollar sus conocimientos y sólo ser la comparsa de una persona autoritaria, con lo cual se colabora en el derrumbe de la confianza puesta en los procesos de transición a la democracia.
Bien dice una mujer, Cecilia Lesgart, doctora de Investigación en Ciencias Sociales, que “…el autoritarismo no surge necesariamente de la boca de un fusil, de un golpe de Estado, ni requiere de la acción militar o de la presencia de las fuerzas armadas”, sino que a veces surge de la competencia en elecciones abiertas. Los define: autoritarismo competitivo, autoritarismo electoral, regímenes electorales autoritarios, autocracia competitiva.
Lo hay pues, y las mujeres en México a veces son rehenes y en ocasiones instrumentos que favorecen al autócrata en turno, aunque varias tengan merecimientos académicos.
Como ahora que el presidente propondrá al Senado de la República a Galia Borja Gómez para ser integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México. Ella es Maestra en Economía y Política Pública por el ITESM, licenciada en Matemáticas.
Pero, en la Tesorería de la Federación (donde antes estaba Borja Gómez), llegaría no una economista, sino una doctora en sociología de ultraizquierda: María Elvira Concheiro Bórquez.
Ha causado sorpresa y rechazo porque es hermana de Luciano Concheiro, subsecretario de Educación e integrante de la izquierda radical, que ha tenido muchos problemas.
Si bien los nombramientos necesitan aprobación del Congreso, los hay que no lo requieren. El que sí lo necesita es el de Graciela Márquez Colín para integrarse a la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), después de haber dejado mucho que desear (más bien todo) en la Secretaría de Economía. Sí la aprueban indudablemente las encuestas recibirán “una pulidita”.
Para aquella posición se ubicará a Tatiana Clouthier, lo que significa que la señora ya no competirá por el gobierno de Nuevo León, como lo había señalado en febrero pasado cuando aseguró a Infobae:
“La ley dice que tienes que haber nacido o vivir en el estado por el que quieras competir; nací en Sinaloa. Tengo 55 años y llevo viviendo en Nuevo León desde los 18 años, cuando llegué acá”, señaló entonces.
Hoy, su premio de consolación es la titularidad en la Secretaría de Economía. No tiene estudios en esa materia, sino que es licenciada en Lengua Inglesa por el Tecnológico de Monterrey y tiene una Maestría en Administración Pública de la Universidad Autónoma de Nuevo León,
Otras que llegan son: la Capitana de Altura Ana Laura López Bautista, quien será la nueva coordinadora general de Puertos y Marina, en lugar de Rosa Icela Rodríguez, quien fue designada Secretaria de Seguridad Pública al relevo de Alfonso Durazo.
En fin que las féminas, empezando por doña Olga Sánchez Cordero han dejado mucho que desear. Ojalá cambien.