Por Jesús Michel Narváez
Entre la Vía Láctea y la Vía Apia hay “algo de distancia”. (25 mil 766 años luz. Un año luz está a 9 billones de kilómetros de la tierra. Así que échele números).
Lo mismo entre las vías respiratorias y las urinarias.
Según el Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades Respiratorias (Cenaprece) entre una y otra vía hay cuando menos dos metros de diferencia.
Pero para comprobar que es la “mente más brillante” de Univerjelandia, el presidente López Obrador habla de las urinarias cuando se refiere a las afecciones que produce la Covid-19.
No, no es broma. El hombre que “sabe todo, mucho y más”, recibió clases de anatomía y especialidad médica en urología, en alguna de las sucursales de las Universidades Benito Juárez, en las que solo su chicharrón truena.
Sus defensores, que según sus datos se cuentan por millones, dirán que una equivocación la tienen hasta las divinidades.
Los científicos, los especialistas en medicina que se queman los ojos durante 10 ó 12 años para especializarse, tendrán otra opinión.
Y salvo que haya descubierto que el virus no solo afecta las vías respiratorias sino las urinarias, su resbalón quedará para los libros de texto gratuito en el que se encuadrará: Lo que no debes decir.
La ignorancia conjuntada con la soberbia, provocan las explicaciones erróneas.
En los momentos en que la pandemia repunta, rebrota, se acelera, mantiene la curva sin permitir el desdoblamiento de la uve, no deja de irritar expresiones como la exclamada durante su gira en Veracruz.
Se advierte el “interés” que tiene el presidente López en la crisis sanitaria. Su “enorme preocupación” y el “dolor” que causan las muertes por el letal virus, no deja de ser propaganda populista.
Es como si dijera: “me duele como a todos, porque también perdí una hermana y una prima y una sobrina y una tía y…” añada el parezco que quiera, pero en realidad todo le importa lo que se le unta al queso: nada.
Su mente está ocupada en el proceso electoral del 21. No tiene otro tema. Es recurrente. Muestra debilidad y temor al insistir en que las oposiciones son “más de lo mismo” y cree a pie juntillas que “están moralmente derrotadas”.
Si eso fuera cierto no habría movimientos en su contra ni reclamos en sus visitas a otras entidades ni rechazo a su presencia. Veracruz se ha vuelto el foco de estertóreos gritos que apuntan a dos palabras: Fuera López.
Debe ser indignante que a una deidad se le desconozca y no se le rinda pleitesía con la cabeza inclinada y la mirada fija en el piso.
Pero el tema de fondo es la ignorancia y la soberbia combinadas. Es un coctel mortal.
Las urinarias nada tienen que ver con las respiratorias, señor presidente del “pueblo bueno y sabio”. Debe ser tan sabio como usted y por eso le aplauden aunque no entiendan que les dice. Quienes conforman esa porción del pueblo, solo quieren que les entregue sus pensiones, sus becas, sus apoyos. Nada más. Nada menos.
Entre la Vía Láctea y la Vía Apia hay “algo de distancia”.
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