Por Jesús Michel Narváez
Iniciaba el gobierno del presidente López cuando el huachicoleo se incrementó y sobrevino una crisis de abastecimiento de gasolinas y diésel que obligó a los consumidores a formar largas filas para adquirir los 20 litros que se vendían entonces.
Era enero de 2019 y para combatir que se incrementara la succión de combustibles de los ductos de Pemex surgió la brillante idea: comprar pipas. ¿En dónde?…en Estados Unidos. Y a la voz de újule julita doña Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, encabezó la misión que viajó a la Unión Americana para la adquisición de 571 pipas con un costo de 85 millones de dólares (en aquel momento unos mil 700 millones de pesos) sin licitación de ninguna especie. Compra directa “sin intermediarios”.
No se regularizó el abasto de combustibles. Sin embargo, el presidente López señalaba lo contrario. Decía: “Con esto se va a estabilizar el abasto de combustibles sin ceder o dar marcha atrás al plan del combate al robo de combustibles. No vamos a tolerar la corrupción, vamos a enfrentar la corrupción en este caso y en todo, no al huachicoleo ni arriba ni abajo”. La crisis desatada por el cierre de válvulas para que los huachicoleros no tuvieran oportunidad de colocar las tomas clandestinas, duró un par de meses. Calles semivacías y transporte público saturado. Los de Uber hicieron su agosto en enero.
A raíz de esa compra directa y por instrucciones presidenciales todas las adquisiciones se c concentraron en la oficialía mayor de Hacienda a cuyo frente se encontraba Enrique Buenrostro –hoy implacable jefa del SAT- el 80 por ciento de las compras gubernamentales se han hecho de la misma forma: directas y sin licitaciones públicas y cuando han sido publicadas por “extrañas razones” se declaran desiertas.
Sin voltear hacia atrás –raro en este gobierno- la doctora Sandoval anuncia que se han impuesto multas resarcitorias por más de mil 500 millones de pesos, con lo que se han recuperado cerca de 10 mil millones de pesos (no queda claro si las multas son por una suma de dónde salieron los otros 8 mil 500 millones de pesos. Nimiedades, dirían los expertos anticorrupción).
La funcionaria participó en el evento # UnidxsContraLaCorrupción en el marco del Día Internacional contra la Corrupción.
Y en su discurso no dejó títere con cabeza. Habló de las sanciones a cientos de proveedores y se detectaron más de 10 mil observaciones “asociadas a más de 500 mil millones de pesos, lo que ha dado origen a más de 400 procedimientos de responsabilidades administrativas y más de 500 denuncias penales ante la Fiscalía General de la República”.
¿A cuántos han aprehendido? Es pregunta son jiribilla política. Es solamente para saber e informar a los atentos lectores que, aunque no se quiera creer, están enterados de que la corrupción llegó para quedarse y con nuevas expresiones familiares que, por supuesto, se desechan porque en la “4t todos son puros, limpios, transparentes”.
Por supuesto que el sexenio anterior salió a relucir. Lo acusó de acciones de intercambio de favores ilícitos entre funcionarios y contratistas. (No se conocen nombres y quizá porque tiene otros datos).
Sin corrupción de arriba y de abajo, como es la fórmula presidencial, ya no hay casos como el de Pío o de Felipa; tampoco funcionarias como doña Eréndira a quien el periodista Carlos Loret de Mola exhibió por tener cuando menos 6 propiedades cuyo valor rebasan los 50 millones de pesos.
Las exoneraciones a funcionarios de la actual administración abundan. Porque después de las indagatorias de la oficina que comanda doña Eréndira no encontró elementos para tomar decisiones sancionadoras.
Es la 4t en el Siglo XXI.
A propósito ¿y dónde están las pipas?
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