Por Alfredo Mejía Montoya
¡Que noticia! y pensar que no hace mucho tiempo, bueno si, porque me refiero a tiempos idos del siglo pasado, en los que la remembranza de una economía cerrada, como lo era entonces México, a finales de los setentas y los tempranos ochentas, donde conseguir mercancía extranjera de fayuca era toda una aventura, en donde en las aduanas los agentes que te revisaban hasta la bolsa de la camisa, y que por unos cigarros y una botella de whisky ya era uno considerado casi un contrabandista, que años aquellos, en los que podías traer una grabadora para CDs por ochenta dólares y que en México aún no vendían ni CDs en las tiendas de discos ni mucho menos en el otrora ambulantaje pirata, pero más de uno, se arriesgaba a traer un producto de esos que le denominaban fayuca, que no eran otra cosa, que mercaderías que se producían y fabricaban en otras partes del mundo y que en Estados Unidos al ser una economía abierta, llegaban por millones en el avance de la economía moderna y la tecnología globalizada.
Ahora, después de casi veintisiete años, después de la firma del primer Tratado de Libre Comercio (TLCAN), precisamente con USA y Canadá, el 17 de diciembre de 1993, entonces, México se abría al Mundo en materia de importar y exportar grandes volúmenes de diversas mercaderías o commodities a otros países, era como un sueño, como si en ese momento despertáramos de ese letargo en el que México ya requería integrarse a las economías internacionales para la comercialización de bienes y servicios.
Qué tiempos aquellos, en la que los agentes aduanales se conformaban con unos dólares para que te permitieran pasar en tu maleta esos preciados bienes de procedencia extranjera, que en México eran bien pagados y ese comercio siguió y los “fayuqueros” traían mercancías de toda clase, de todos los tamaños y de todos los precios, el precio no importaba, sabiendo que eran bienes que provenían del otro lado del mundo se pagaba lo que fuera, y presumías que tenías un equipo de sonido o una botella de alcohol que no se vendían aquí o bien, solo las grandes tiendas departamentales y de ultramarinos podían importar con grandes dificultades y a precios desorbitantes.
¿Cuáles dificultades? pues los aranceles, los impuestos al comercio exterior, que según con la finalidad de proteger la industria nacional se cobraban grandes cuotas de impuestos mas el impuesto sobre ingresos mercantiles y después el impuesto al valor agregado y el impuesto sobre producción y servicios.
Que tiempos ahora, del incipiente comercio exterior a gran escala. Comercio con el qué algunos países mas pobres que nosotros, con mayor corrupción que nosotros y más pequeños territorialmente que nosotros, empezaron a elaborar, manufacturar o producir diversos satisfactores y se lanzaron a vender por el mundo entero y sus economías crecieron significativamente, y ahora manejan un producto interno bruto alto muy alto, que beneficia a todos sus habitantes, erigiendo grandes países, que ahora son referencia del mercado internacional.
Y ahora anuncian con bombo y platillo que se aplicarán estímulos fiscales en municipios de Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo. Y “… que Chetumal, Quintana Roo, volverá a ser una zona libre de impuestos de importación en 2021, lo que permitirá que lleguen al país mercancías a un bajo costo.” (sic)
Se supone que el Presidente de la República se refiere a la Frontera Sur de nuestro País y que supuestamente regresa a ser Zona Franca. Con los mismos beneficios que se le otorgaron a la Frontera Norte, mediante el Decreto del 18 de diciembre de 2018, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 siguiente.
Medularmente dice: “Se otorga un estímulo fiscal a los contribuyentes personas físicas y morales residentes en México, así como a los residentes en el extranjero con establecimiento permanente en México, … consistente en aplicar un crédito fiscal equivalente a la tercera parte del impuesto sobre la renta causado en el ejercicio o en los pagos provisionales, contra el impuesto sobre la renta causado en el mismo ejercicio fiscal o en los pagos provisionales del mismo ejercicio, . . .” (SIC artículo Segundo)
Así como, “en un crédito equivalente al 50% de la tasa del impuesto al valor agregado prevista en el artículo 1o de la Ley del Impuesto al Valor Agregado.” (SIC Artículo Décimo Primero)
Bueno, pues el Ejecutivo Federal considera que descubrió el hilo negro, y nos trata de vender y mas a los habitantes de la franja fronteriza sur de nuestro País, que serán una zona franca libre de impuestos a la importación; y además a las no fronterizas como Campeche y Tabasco.
Si observamos son dos cuestiones diferentes trascendentales, ya que por un lado dice, que se eliminarán los impuestos y permitirá que lleguen al país mercancías a un bajo costo.
Pareciera que el gobierno federal ignora que nuestro país tiene suscritos Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN) desde el 17/Dic/1993, Costa Rica 5/Abr/1994, Colombia 13/Jun/1994, Bolivia 10/Sep/1994, Chile 17/Abr/1998, Uruguay 15/Nov/2003, El Salvador, Guatemala y Honduras 28/Jun/2000, Unión Europea 23/Mar/2000, Israel 10/Abr/2000, Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) 27/Nov/2000, Japón 17/Sep/2004 y nuevamente con Estados Unidos y Canadá (T-MEC)
Que, si bien no son los únicos, ya que de conformidad con los otros datos que tiene la Secretaría de Economía, se tienen celebrados acuerdos que dan fe de que la globalización ha sido un tema importante en la agenda política de México: 12 Tratados de Libre Comercio con 46 países; 32 Acuerdos para la promoción y Protección recíproca de las Inversiones con 33 países; 9 Acuerdos de alcance limitado en el marco de la asociación Latinoamericana de Integración. Aunado al Celebrado el 5/Oct/2015 con 12 países de la Cuenca del Pacifico (TPP)
Por lo tanto, la finalidad de que lleguen mercaderías y commodities o materias primas a México a más bajo costo, esto es sin los impuestos al consumo o a las ventas de los países exportadores hacia México y los relativos a la importación en territorio nacional, está por lo menos desde hace 27 años, por lo tanto, ese beneficio lo tendrán exclusivamente las mercaderías y productos que arriben a México por esas fronteras sureñas que provengan de países con los que México no tenga celebrados tratados de libre comercio, esto es con aquellos países que no hayan firmado el documento mas neoliberal del mundo económico, los tratados de libre comercio como herramienta para hacer mas competitivos los precios en los países que los suscriben.
Y otra vertiente, la disminución de las tasas impositivas en materia del impuesto sobre la renta y del impuesto al valor agregado, al 20% y al 8% respectivamente, para empresas o personas físicas que cumplan con los requisitos que se señalan en el Decreto citado, ya que López Obrador señaló que este se ampliará en cuanto a su vigencia hasta del 2024, y el del Sur saldrá uno nuevo o se ampliara el vigente, en cuanto a territorios se refiere, ya que comprenderá entidades federativas fronterizas y otras que no lo son.
Esa disminución de tasas impositivas, pareciera que se pretende beneficiar a las empresas que importaran maquinaria, commodities, materiales, y otros productos terminados o no, a las obras insignia del gobierno federal, como lo son la construcción del tren maya en Chiapas y Campeche; a la refinería de Dos Bocas en Tabasco, a fin de reducir los costos vía impuestos federales a tales construcciones, bueno, solo es una posibilidad, pero muy adecuada a los intereses particulares de esas obras.
Pero otro escenario que se puede presentar es el de la baja en impuestos federales y la falta de equidad en la distribución de estos mediante los fondos de participación, tema mas que importante y trascendente.