Por Jesús Michel Narváez
Elegida democráticamente como alcaldesa de Álvaro Obregón, Layda Sansores ahora avienta la toalla, deja colgados a sus electores y gobernados justo cuando la pandemia sanitaria golpea severamente a esta alcaldía.
Puede más la ambición que la responsabilidad.
Porque la señora Layda Sansores solicitará licencia –ya lo anunció- para buscar la candidatura de Morena al gobierno de Campeche. Porque si quiere la reelección se queda sin chamba.
Hay que imaginar si a los campechanos les llega una pandemia, una peste, una tragedia y la que busca ser su gobernadora dice “a´i se ven”, porque voy por una diputación federal o quiero regresar –lo que se llevó NUNCA- al Senado de la República.
Francamente el presidente de la República, con su “don de mando” debe ventar en Morena a la señora Sansores porque abandona una alcaldía en la que habitan 749,982 personas en 257 colonias, fraccionamientos y barrios, entre ellas San Ángel, San Ángel Inn, Tlacopac Ermita, Chimalistac, Guadalupe Inn, Florida, Jardines del Pedregal, y la mayoría de las colonias que forman la zona de Santa Fe. Y tiene 80 por ciento de colonias populares a las que no llega el agua, no hay calles ni banquetas y muchas de ellas son refugio de maleantes.
Es irresponsable dejarla cuando ha sido foco del brote de sarampión, cuando menos unas 20 colonias han sido declaradas en semáforo rojo por l Covid-19 y la criminalidad y violencia que se gesta en Barrio Norte, en donde los Canchola son los mandones, se incrementa y la zona que gobierna se ha vuelto insegura al máximo.
Los y las políticas no tienen remedio: la ambición les gana y cuando se trata de cumplir con las responsabilidad encuentran un camino que los y las puede salvar de su mal desarrollo como gobernantes, aunque sea presidencia municipal o alcaldía.
Brincar del barco porque comienza a hundirse es el recurso de los roedores. No saben nadar. Y en el caso es el símil: la señora Sansores no sabe gobernar. No controla nada. Siempre está desinformada. Tiene decenas de colonias cual si se tratara de aquellas que fueron bombardeadas. La ausencia policial es notoria y la “protección ciudadana” brilla por su ausencia.
Ahora que los legisladores están desbocados y presentado y aprobando iniciativas que van en contra de los ciudadanos y de las oposiciones, bueno sería que hicieran alguna reforma que impida a los electos abandonar los cargos salvo que sea de fuerza mayor. Porque ¿para qué piden el voto si no van a cumplir con el mandato que se les confiere?
Seguramente los morenos, los de las mayorías ficticias pero que cuentan en el Congreso de la Unión o los del Congreso de la Ciudad de México no harán nada no harán nada que evite ser chapulín. Prefieren tener la libertad de saltar la cuerda antes de mostrar cansancio.
Porque la política desgasta pero no cansa. Es la llamada “Vitamina P”. Y que lo diga el presidente López, que reta al coronavirus y se siente protegido por el velo de la divinidad y no se enferma por estar vitaminado con la P.
Layda Sansores le va a fallar a los campechanos si es que cometen el error de elegirla. Poco vivirá el que no lo vea.
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