Romo y el Hoyo Negro que Deja

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Alfonso Romo puede decir a cielo abierto: misión cumplida.

Porque realizó el trabajo para el que lo contrataron: ser el mediador con el todavía aunque menguado poderoso sector privado.

Su salina de la jefatura de la Oficina de la Presidencia no es una sorpresa. Se esperaba pero no en tiempos decembrinos. Quizá en enero.

Porque justamente en las últimas 3 semanas el enfriamiento entre el Presidente, solamente el Presidente y el sector privado que alcanzó grados de congelación, disminuyó por obra y gracia de la calefacción política, el abrigo pues, que brindó Romo.

Gracias a sus comedidas acciones con los suyos, porque no se debe olvidar que el regiomontano por adopción y nacido en la Ciudad de México, ha sido un empresario que contó con el respaldo de la cúpula empresarial de Monterrey por su matrimonio con Maca Garza Lagüera, hija del empresario Alejandro Garza Lagüera, emparentándose así con los magnates neoleoneses, la familia Garza Sada hasta que el fracaso con su empresa de semillas genéticas Seminis lo obligó a vender otras de sus compañías y terminó entregándola Mosanto y en 1997 negoció la cigarrera La Moderna a la inglesa British American Tobacco.

Su mundo, pues, era el del manejo del dinero a raudales. Su hobby: montar finos corceles y con todas sus relaciones políticas logró participar en las olimpíadas de Atlanta en 1996 como parte del equipo de equitación y salto de México. Propietario de jets privados y conocido por su excelente gusto por los buenos vinos y mejores majares, cambió –oficialmente- los lujos por la austeridad franciscana que se vive en el gobierno de la República.

Hoy se va de la política, de un cargo fundamental, para convertirse solamente en enlace con los inversionistas. No será lo mismo. Porque justamente la cercanía con los hombres de poder económico, a los que convenció de estar al lado del proyecto del presidente López, lo llevaron a comprometer la política presidencial y el distanciamiento entre ambos fue notorio y notable.

Sin embargo, con sus conocimientos de cada uno de los poderosos empresarios, logró que se rompiera el bloque de hielo y se anunciara en solamente tres semanas dos paquetes de inversiones en infraestructura por casi 400 mil millones de pesos.

Difícilmente encontrará el presidente de la República a otro personaje que llene los zapatos de Romo. Y ya quedó demostrado que la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, no es del tamaño que requieren los empresarios para reconocerla como interlocutora.

Un hoyo negro que no se esconde y por el contrario se ensanchará y profundizará cuando los empresarios pregunten: sin Romo ahora quien nos salvará.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @jesusmichelMx, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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