Por Iván Ruiz Flores
Es posible que en el tiempo por venir las políticas de Relaciones Exteriores se ajusten, para lograr una mayor colaboración entre los países limítrofes. No será sencillo, pero sí necesario si el Covid-19 continúa galopando por los países del mundo, pero en el caso específico en aquellos del Continente Americano.
Si se toma en cuenta que solamente en la frontera con Estados Unidos, del lado mexicano, el Coronavirus ha causado que, inclusive con la serie de hospitales móviles enviados a Ciudad Juárez, Chihuahua, no se haya podido contener la pandemia, mientras la muerte de jornaleros es el pan de cada día en el lado estadounidense, urgen otras medidas.
Ante tal situación hay organizaciones como la Alianza Fronteriza de Filantropía, integrada por mexicanos y estadounidenses que han incrementado la ayuda para aliviar esta situación y ya son US 120,700.000 los que están aplicando en ese renglón.
Sin embargo, será necesario que los gobiernos federales y estatales (inclusive los de menor rango) intervengan para la aplicación de políticas acordes en ambos lados. Sería el caso de: Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas, en el lado mexicano. Y de Arizona, California, New México y Texas en la frontera sur estadounidense.
Sólo hay que ver como estaba la parte mexicana hasta el martes de la semana pasada en materia de defunciones: Baja California, 4,159; Sonora, 3,383; Chihuahua, 3,233; Coahuila, 3,163; Tamaulipas, 2,944 y Nuevo León, 4,460. En total 22,392 que, seguramente se incrementaron casi a los 30,000 para el martes primero de diciembre, cuando se publica este artículo.
A su vez en la franja correspondiente a Estados Unidos los fallecimientos fueron: California, 18,875; Arizona, 6,515; Nuevo México, 1,430 y Texas, 21,338. El total eran hasta el día 24 de noviembre: 48,258. Es decir que de los dos lados han muerto 70,650 personas.
La frontera sur es otra historia. En la franja con Guatemala, del lado mexicano Chiapas logró ingresar al semáforo verde, mientras el colindante departamento de San Marcos guatemalteco, el número de casos de contagiados es de 5,472 y el de muertos de 257.
En cuanto a la otra frontera, con Belice, la cifra de contagiados es de 5,056 y de fallecimientos 107.
Pero están también las fronteras marítimas y, por tanto en el Pacífico como en el Atlántico, en el Golfo, porque México como Estado ribereño, posee 11,592 kilómetros de línea de costa en la que existen cerca de un millón y medio de hectáreas de lagunas costeras y 5,083 kilómetros cuadrados de islas marinas.
Para lograr una nueva política en materia de salud en las fronteras terrestres y marítimas podría revisarse el documento signado el 18 de enero de 2017, por el Gobierno de México y el Gobierno de Estados Unidos, el Tratado sobre la Delimitación de la Frontera Marítima en la Región Oriental del Golfo de México.
En efecto, porque, la delimitación de fronteras marítimas se encuentra regida por el denominado “Derecho de Mar”, cuya aplicación se basa principalmente en la Convención de las Naciones Unidas para el Derecho de Mar (CONVEMAR). Esta Convención establece el marco fundamental para los aspectos de soberanía, jurisdicción, utilización, derechos y obligaciones de los Estados en relación con los océanos.
La Convención (señala el Instituto Gilberto Bosques) contiene 320 artículos que regulan la navegación, sobrevuelo, exploración y explotación de recursos, conservación y contaminación, pesca y tráfico marítimo, además de 9 anexos que definen zonas marítimas, establecen normas para demarcar límites marítimos, asignan derechos, deberes y responsabilidades de carácter jurídico y establecen un mecanismo para la solución de controversias.
Por cierto, este instrumento jurídico internacional fue producto de las negociaciones iniciadas en la Tercera Conferencia sobre el Derecho del Mar en 1973, cuya entrada en vigor fue hasta 1994.
Hoy, nuestro país y otros del mundo, deberán nuevos caminos en materia de salud y trabajos con las naciones limítrofes. Por ejemplo, revisar y elaborar nuevas propuestas, ya que como hemos dicho en Misión Política, el coronavirus (Covid-19) ataca sin piedad e irrumpe en la diplomacia.
Ya se han cerrado fronteras, pero falta un trabajo conjunto con cada uno de los gobiernos para actuar coordinadamente en la materia de la salud y avanzar a mayor velocidad.
