Por Arturo Lino Guzmán
El turismo religioso en México y el mundo tiene una importancia significativa para el sector turístico, ya que anualmente millones de personas que profesan alguna creencia realizan viajes o peregrinaciones a los lugares o centros ceremoniales donde rinden veneración a sus santos motivo de su fe.
Para México, la religiosidad es un factor importante para la economía, porque la derrama anual de los creyentes de todas las religiones que se profesan en el país, alcanza cerca de 11 mil millones de pesos que representan el desplazamiento de cerca de 20 millones de personas, que en 2020, por razones obvias, no tendrá el mismo impacto ni alcance que los años previos ya que muchas festividades religiosas tradicionales en todas partes del territorio nacional se han suspendido y cancelado como una medida preventiva para disminuir los contagios de la peligrosa enfermedad.
De esta manera, la Conferencia del Episcopado Mexicano y el Gobierno de la Ciudad de México, anunciaron conjuntamente que la Basílica de Guadalupe permanecerá cerrada del 10 al 13 de diciembre, con el propósito de evitar aglomeraciones y riesgos de contagios de Covid-19, durante los festejos a la Virgen de Guadalupe que, tradicionalmente, se hacen año con año y al que asisten hasta 5 millones de fieles y devotos a venerar la imagen de la Virgen del Tepeyac.
La decisión tiene mucho de trascendencia porque estamos en una situación de vulnerabilidad en cuanto a contagios y en especial en la Ciudad de México, en donde el crecimiento de casos de enfermos es exponencial y pese a las condiciones que imperan en la capital del país, las autoridades decidieron no establecer nuevamente una cuarentena por dos razones: la económica y la política
En el primer caso, volver a un confinamiento es crear una serie de inconformidades entre los comerciantes, entre los que se encuentran los restaurantes y bares, además de los miles de ambulantes que viven al día, en el entendido que en estos momentos la economía del país pasa por mal momento; y el segundo, los motivos son para no crear animadversión en la gente hacia los candidatos del partido mayoritario en las elecciones del próximo año y no perder clientela política.
El hecho de no abrir uno de los centros de fe más importante para los mexicanos es una medida difícil pero acertada por donde se quiera ver, ya que se cuidará la salud de millones de personas del riesgo de contagios.
A nivel mundial se estima que más de 300 millones de personas realizan viajes por motivaciones religiosas y la derrama económica que dejan en los destinos visitados llega a poco menos de 20 mil millones de dólares, que contribuye a dejar ingresos en los prestadores de servicios turísticos locales.
Cabe destacar que el turismo religioso tiene varias clasificaciones ya que aquellos que realizan un viaje ex profeso para la celebración de alguna fecha especial y no necesariamente se hospedan por llegar en alguna peregrinación o grupo, pero sí realizan gastos en restaurantes u otros sitios donde se ofrecen alimentos; o los turistas que llegan a hospedarse y por algún motivo realizan una visita a una iglesia o templo.
También es importante comentar que al año las diferentes religiones realizan convenciones o reuniones y llaman a los fieles a un determinado destino y esas multitudinarias concentraciones tienen un efecto en el segmento turístico religioso y benefician a las ciudades o comunidades receptoras.
Pero, además, aquí en México existe un elemento adicional el patrimonio cultural, religioso e histórico que representan las construcciones de las iglesias en todo el país que son un atractivo para los turistas, por su variedad y su riqueza arquitectónica. Tan sólo baste decir que se tienen 107 iglesias catalogadas como catedrales que son inmuebles, en su mayoría construidos en la época colonial que son visitadas por millones de peregrinos y turistas.
Las condiciones no son las óptimas para muchos de los segmentos del turismo a excepción de aventura, naturaleza y ecoturismo y hoy todo en el sector gira en torno al Covid-19 que ha creado nuevas formas de hacer turismo, de viajar, de comportarse en los centros recreativos.
Para el turismo religioso, el cierre de la Basílica de Guadalupe es un duro golpe a la feligresía que espera con mucho anhelo, rendir tributo a la Virgen Morena, patrona del pueblo de México, en la religión católica y sobre todo en estos momentos en los que mucha gente necesita pedirle por la salud propia, de sus familiares o amigos. Hoy, creer en ser supremo y en Dios, es un aliciente y bálsamo para paliar la grave realidad de la que nos urge salir. Hoy la fe es una necesidad y una valiosa ayuda para todos. Los actos de fe y las oraciones se escuchan por doquier para pedir que pronto salgamos de esta emergencia.