Por Alberto F. Mena Mallen
Siempre han existido demandas o peticiones para que el pueblo conozca la salud física y la mental de sus gobernantes y candidatos y es fecha de que todavía no se avanza en este sentido, y vemos que, como ciudadanos, aceptamos a nuestros gobernantes cuando ganan las elecciones tal y como son, sin conocer sus traumas, rencores, venganzas, pensamientos y formación personal y menos su salud mental.
Ya el Partido Acción Nacional (PAN) propuso una reforma para conocer la salud mental del actual presidente y los que siguen, asi como de los integrantes de su gabinete legal y ampliado, donde señalan que la iniciativa en cuestión tiene como finalidad garantizar que el primer mandatario y sus colaboradores se encuentren en condiciones de salud mental aptas para gobernar.
Y ante la experiencia que estamos viviendo, sería necesario que dicha iniciativa se analizara para ver pros y contras de la misma y obtener una seguridad de que quien nos gobierne sea capaz para ello y evitar conflictos y problemas como los que estamos padeciendo actualmente.
El presidente de la República nos doró la píldora con sus mensajes de bienestar para todos, con sus palabras de que México requería un cambio de 160 grados, y más se aprovechó del coraje de la ciudadaanía por el comportamiento de los gobiernos anteriores, pero nunca expresó sus maneras y formas de hacer las cosas, tan es así que ahora cuenta con el apoyo de muchos, pero para que deje la silla presidencial.
Ha acumulado mucho rencor entre los mexicanos, ha logrado dividirnos, sigue empobreciendo a muchos que se han quedado sin trabajo por lo de la pandemia, aumentan las enfermedades hereditarias y aún no se ponen de acuerdo en el cómo atender a dichos pacientes, ya que se han suspendido y pospuesto las citas en el sector salud en general.
La iniciativa panista señala: “La presente iniciativa tiene como finalidad garantizar que el Presidente de la República y su Gabinete se encuentran en condiciones de salud mental aptas para gobernar, estableciendo un examen de salud mental previo a la elección y de manera anual, puesto que se trata de un tema de seguridad nacional”.
En la misma se indica que la soberanía y la seguridad nacional peligran cuando los funcionarios encargados de protegerla en todos los niveles del Estado no están en condiciones de hacerlo, lo que podría poner en riesgo la soberanía misma del Estado.
Agregan que el estado de salud de nuestros gobernantes es información de interés público para la sociedad a la que le interesa conocer si su presidente y demás gobernantes gozan de plenas facultades para tomar decisiones que promuevan el bienestar y desarrollo. Además, genera certidumbre y limita la especulación y la generación de hipótesis equivocadas.
Apuntan en dicha iniciativa que, en el artículo sexto constitucional, que habla sobre el derecho a la información, se plantea que el estado de salud mental del Presidente de la República, los Secretarios y subsecretarios de Estado y del Fiscal General de la República sea información de interés público y quede fuera de la protección y reservas de ley.
En tanto, en el artículo 69, que habla sobre la apertura de las sesiones del Congreso General el primero de septiembre y de la entrega del informe de gobierno, se propone añadir que también se presentará un informe clínico actualizado en versión pública, donde se haga constar de la buena salud mental del titular del ejecutivo Federal y de los demás funcionarios mencionados, por medio de un examen médico.
Están los requisitos para ser Presidente, se propone añadir dos fracciones, respecto a tener un buen estado de salud mental, que deberá acreditarse con estudios técnicos y dictámenes médicos de conformidad con las normas aplicables y la ley en la materia.
Esos estudios deben hacerse públicos 90 días antes el día de la elección, y no tener padecimientos mentales ni los comprendidos en alguna de las causas de incapacidad establecidas en el artículo 83.
El hecho de que escriba sobre el particular, no significa que pertenezca a algún partido político o un grupo que esté en contra, -no soy ni fifi ni chairo ni pertenezco a la mafia del poder-, sino simplemente soy un ciudadano que quiere abordar estos asuntos para mejorar, ahora sí, el bienestar de todos nosotros ya que el tema ha sido un tabú que requiere un análisis más amplio.
Pero hay evidencias de que el primer mandatario cada día en sus mañaneras ha pronunciado 30 mil afirmaciones no verdaderas, en sus primeros 600 días de gobierno. Así lo determina el Taller de Comunicación Política SPIN, -que analiza todas las mañaneras-, señala que dichas no afirmaciones se catalogan en 4 rubros: en promedio, por conferencia emite 12 promesas, 6 compromisos, 51 datos sin comprobación y 4 falsedades, lo que da un total de 74 afirmaciones inciertas por mañanera. Ahí se menciona que, en nuestro país, la salud física y mental del presidente es un tema secreto y le molesta sobremanera a López Obrador, aunque habrá que discutirlo públicamente sin complejos ni temores.
Un ejemplo de ello es cuando dijo que él no conocía sobre la detención de Ovidio Guzmán porque se utilizaba un protocolo establecido, aparte de que le tenía mucha confianza al titular de la SEDENA para actuar en estos casos. Antes de este pronunciamiento había dicho que un presidente conocía todo lo que se realiza en el país. Luego declaró, semanas más adelante que él fue quien decidió dejar en libertad al hijo de “El Chapo”. Y muchos ciudadanos hicieron cara de ¡¡¡Whattttt.
Y así como lo anterior, hay decenas, por no decir miles de ejemplos que se difunden en las redes sociales, incluso hay quienes en forma directa y con videos personales y muchos memes, califican al primer mandatario de mentiroso y hay otros que de plano usan otros calificativos que son muy conocidos en estos medios de comunicación.
Asombra que personajes como Gilberto Lozano, de Frena, el “jefe” Diego, así como Enrique Krause, en forma por demás abierta denuncian estas posturas de López Obrador, en las que se habla directamente de dichas mentiras y de la pésima actuación en el gobierno, lo cual sólo genera mayores problemas que hasta la fecha no parecen tener solución.
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