*El Borrón de Ocho Meses de Gracia de los Bancos sin Explicación
*Ya no Abrirán 3,5 Millones de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas
*Con Todo y “Tregua” hay Amenazas de Cobro Extrajudicial
*Niño de Rivera Desoye Recomendaciones de la Secretaría de Hacienda
Por Joel Armendáriz
Aprovechando la cruda realidad –causada por las Fiestas Patrias- el presidente (en turno) de la Asociación Mexicana de Bancos canceló toda esperanza de los deudores con los bancos al anunciar que “no sacrificaremos ganancias a favor de los deudores”. Era demasiado buena la “oferta” de aplicar quitas, ampliar los plazos para cubrir saldos vencidos, reestructurar los créditos y “apoyar a los clientes” por la crisis sanitaria que derivó en la económica.
“Los bancos nunca pierden”, se dice en el medio financiero, en donde el ahorrador recibe tasas pasivas por debajo de la inflación y paga cinco veces más por un crédito personal o empresarial y en tarjetas hasta 500 por ciento más alto de lo que obtiene por sus inversiones en instituciones bancarias.
Y en efecto: el anuncio de Luis Niño de Rivera efectuado el 30 de septiembre pasado fue la respuesta a la Secretaría de Hacienda, que días antes había anunciado el programa de apoyo para los deudores argumentando que la crisis sanitaria dejó a miles de ellos sin empleo y sin ingresos.
“No se trata de sacrificar las utilidades de los bancos, se trata de mantener la solvencia de las instituciones bancarias, ese es el punto”, declaró el presidente de la Asociación Mexicana de Bancos.
Como Vicepresidente de Banco Azteca, el que fuera clavadista olímpico, mostró la dureza al afirmar que no es que ahora los dueños vayan a regalar dinero porque ganan mucho dinero.
En concordancia con la postura de los banqueros, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores modificó las reglas que otorgaban beneficios a los clientes de la banca que optaron por diferir los pagos de sus créditos, y redujo el plazo para liquidar su deuda.
Sorprendió que la CNBV diera el nuevo anuncio del regulador del sistema financiero, porque canceló el oficio librado el 23 de septiembre en el que daba a conocer las medidas para la reestructura de adeudos con el nada difundido oficio del 8 de octubre en el que se establece que se reducirán los descuentos que se prometieron y se recortarán los plazos para cubrir los créditos.
«Las renovaciones, reestructuras o quitas, deberán quedar debidamente formalizadas dentro de un plazo que vencerá precisamente el 31 de enero de 2021», precisa el oficio. En el de septiembre, se había estipulado que los deudores tendrían hasta septiembre de 2021.
También indica que estos cambios se dieron tomando en cuenta las consultas y comentarios de la Asociación de Bancos de México (ABM) y reiteró que las reestructuras de crédito serán opcionales para los bancos, es decir, la entidad financiera decide si otorga o no estas facilidades.
La razón de peso y de pesos fue explicada por el presidente de la ABM, Luis Niño de Rivera: los bancos no perderán sus utilidades.
Borraron 8 meses de “gracia” sin explicación alguna y todo indica que el organismo se doblegó ante los accionistas de las instituciones bancarias, la mayoría con sedes en el extranjero, sobre todo, los llamados “grandes bancos de México”.
Estimaciones no oficiales revelan que hay 11 millones de deudores que no han cubierto en tiempo y forma sus créditos ya hipotecarios, refaccionarios o de plásticos. Durante cuatro meses –en algunos bancos se concedieron seis- los usuarios del dinero bancario –que no es otro que el de los ahorradores- no fueron presionados para cubrir sus adeudos y tampoco les fueron cargados intereses extraordinarios.
Sin embargo, y no obstante estar vigente la “tregua”, desde principios de septiembre los bancos encargaron a diferentes despachos de cobranza –call centers- la lista de los incumplidos y las llamadas y amenazas de “cobro extrajudicial” se multiplicaron.
NO ESENCIALES, QUEBRARÁN
Aunque se desconoce la cifra real –ni Banco de México ni INGEGI la han confirmado-, a causa de la pandemia que desató la crisis financiera desde el momento en que se paralizó toda la actividad industrial, comercial y de servicios, miles de empresas despidieron a poco más de un millón 300 empleados y formaron la cadena de deudores que quedaron imposibilitados para realizar sus pagos.
Se tiene estimado que 3 millones 500 mil micro, pequeñas y medianas empresas no reabrirán sus puertas y con ello los banco tendrán que actuar judicialmente. Es decir, irán por los embargos aunque no encuentren nada para cubrir los pasivos generados a lo largo de seis y hasta siete meses.
Ante la imposibilidad de reanudar operaciones, empresas y comercios de diversos giros serán las que no podrán cubrir sus adeudos y cerca de 2 millones de ellas ya comunicaron a los bancos su precaria situación y buscan llegar a acuerdos renegociando sus deudas, algo que ya no concederán los dueños del dinero ajeno.
Niño de Rivera cumple su amenaza y desoye las recomendaciones de la Secretaría de Hacienda que intentó paliar la crisis económica a costa de las “utilidades de los bancos” lo que lo no será permitido.
Los bancos –todos o casi todos- ofertaron dinero “barato” antes de la pandemia –para la que nadie estaba preparado- y fueron millones de personas, de empresas, las que adquirieron compromisos con la visión de crecer y mejorar sus ingresos, lo que permitirían contratar más personal y mejorar salarios.
El sueño duró apenas unos meses. La mayoría de aquellas empresas y personas que supusieron haber encontrado el camino para su desarrollo personal y al mismo tiempo del país, quedó indefensa al cancelarse toda posibilidad de ingresos mientras las deudas crecían. La enorme mayoría de micro, medianas y pequeñas empresas no cuentan con inmuebles propios y los rentan. Los propietarios de las bodegas, accesorias, locales en plazas comerciales, casas con uso de suelo para oficinas y edificios para las mismas no suspendieron el cobro de los arrendamientos, aunque en ninguna de las vertientes se desarrollara actividad alguna. Argumentaron que tenían que seguir pagando predial, luz, agua y vigilancia.
Algunos arrendadores “perdonaron” un mes de renta pero nada más.
Hoy hay miles de espacios desocupados y en fachadas lucen los anuncios de “se renta”… “trato directo”…o con los logotipos de los corredores inmobiliarios. Miles de empresas no “esenciales” no reabrirán.
A LA VEJEZ, PRESIONES DE EMPRESAS DE COBRANZA
José es un hombre de 72 años que no cuenta con pensión universal, no recibe el beneficio de la seguridad social, su empresa –una imprenta- encuadró en las “no esenciales” y por ubicarse en la Alcaldía de Xochimilco, en donde el Covid-19 no cede, el semáforo rojo no ha cambiado en la zona en donde se encuentra.
Salió del Banco –BBVA- clamando: “Los bancos mienten”.
A través de la Asociación Mexicana de Bancos se informó que las deudas serían reestructuradas y que sería necesario acudir a la sucursal bancaria en donde se realizan las operaciones del cuentahabiente. Sin embargo, no reestructuran nada y el adeudo, por lo menos de José, fue turnado a una empresa de cobranza llamada Sertec, con domicilio en la Ciudad de México. Hicieron propuestas de aplicar una quita del 30 por ciento sin entender que si hay un retraso en el pago es por falta de liquidez. Se les explicó mil y una veces que se podría iniciar el pago a finales de noviembre. No se entendieron las explicaciones. Simplemente llaman y presionan con una “cobranza extrajudicial”. Y no dejan de llamar.
Al ser entrevistado por sus afirmaciones, explicó:
“El Banco me otorgó una tarjeta de micronegocios. Por las razones ampliamente conocidas, dejé de operar desde el mes de marzo. Mis clientes dejaron de darme trabajo. Vine al Banco para renegociar mi deuda y pagar lo que debo. Pero en la sucursal en donde tengo mi cuenta, conocida como “Altavista”, el gerente me indicó que el tema tenía que tratarlo en un centro de negocios. Me envió a una sucursal ubicada en Insurgentes Sur casi esquina con Nuevo León. El responsable de la misma informó que a él no le correspondía”.
En la sucursal de BBVA ubicada en Insurgentes Sur y Félix Cuevas está un Centro de Negocios en donde tampoco se atienden las reestructuras pese a que se identifica como la solución para los adeudos. De ahí me enviaron a otro Centro de Negocios, ubicado en la Calle de Iglesia, en la Alcaldía Álvaro Obregón.
“Acudí a la nueva dirección y oh sorpresa: no está operando porque se mantenía cerrada por lo menos hasta el inicio de octubre. Total: no hay forma de renegociar o reestructurar la deuda y la presión ejercida por Sertec va en aumento”.
José indica a MISIÓN POLÍTICA que la Secretaría de Hacienda y la Asociación Mexicana de Bancos han mentido y no tienen otra actitud que defender sus intereses y que no son otros que cobrar a como dé lugar.
Como José hay miles de personas mayores que sufrieron la pérdida de ingresos, de empleo y que no cuentan con ningún apoyo de los programas sociales –pensión universal y otros- que pregonan el Gobierno federal y la de la Ciudad de México.
¿Cómo rescatar a los deudores de micro, pequeñas y medianas empresas si el Gobierno canceló toda la posibilidad porque “no somos como los de antes”?
La crisis económica, que según datos del INEGI generó 12 millones de pobres que se incorporan a los 52 existentes, no parece tener fin y mientras los bancos que solamente son los operadores –todos- buscan recuperar los créditos otorgados por Nacional Financiera, los deudores viven en la incertidumbre de qué pasará mañana.