Por Jesús Michel Narváez
Francia, España, Italia, Países Bajos, entre otros, han alertado al mundo sobre lo cierto que resulta el rebrote del letal Covid-19 y toman drásticas medidas para impedir la diseminación del virus incluso la aplicación del toque de queda.
París reveló que reestablecerá el estado de emergencia a partir de este sábado (17) y en nueve ciudades implementará el toque de queda en 9 ciudades incluida la capital de Francia.
En España las cosas no están mejor aunque hay laxitud en sus medidas; Italia aprieta la disciplina e incluso encarcelaría a quienes se nieguen a acatar las instrucciones.
Revisar el mapa global de cómo afectó y sigue causando estragos el coronavirus, se observa que Francia se encuentra en el décimo sitio, uno atrás de México por cuanto a contagios y en relación con fallecimientos ocupa el noveno lugar con 33 mil 56 en tanto nuestro país se ubica en el nada plausible cuarto escalón con 84 mil 429 –contabilizado el corte al 13 de octubre- y aquí se anuncia que pronto, muy pronto, habrá semáforo verde.
Sin ser científico aparece la duda: allá lo están haciendo bien y con responsabilidad y aquí es todo lo contrario. No hay elementos para descalificar todo lo que hace el doctor López-Gatell pero hay suficientes razones para suponer que su estrategia no ha sido del todo correcta.
Aquí sí… los muertos hablan.
Los gobiernos de las naciones europeas mantienen su preocupación por la letalidad mostrada por el Covid-19 que ya ha cobrado un millón 88 mil 978 vidas e intentan su contención con medidas quizá autoritarias como señala el presidente López, pero que en países democráticos se entienden si está en juego la vida de las personas.
Bajo el argumento de que en México no hay un gobierno represor y en aras de “reactivar la economía”, se han relajado las medidas y de ahí que los contagios vayan al alza y las muertes también aunque nos proporcionen cifras maquilladas.
Allá nadie se molesta por los cuestionamientos que se formulan desde las oposiciones y dentro de los partido del y en el gobierno. Todo lo contrario. Se escuchan porque algunos o muchos podrían servir para adecuar la lucha contra el enemigo invisible.
Aquí el vocero sanitario –que por cierto no respeta la sana distancia y no usa cubrebocas- se irrita por las preguntas que le formulan las oposiciones porque los de Morena y aliados están sometidos «al juicio presidencial” y poco les importa el de la historia (el juicio).
No queda claro para este escribidor la postura gubernamental: ha olvidado el tema de contención, que jamás se puso en marcha, y dejado a la libertad económica la salud de los gobernados. Se habla de la vacuna y que ya se depositaron cientos de millones de dólares pero nadie puede garantizar fecha de llegada y menos de aplicación. Si ahora, en plena temporada de influenza no hay vacunas ¿qué esperar la que “contendrá” al Covid-19?
Francia actúa con responsabilidad. Aquí con desparpajo y soberbió. Diferencias de culturas, del ejercicio de gobierno y conciencia ciudadana.
Por eso muchos mexicanos y viajeros del mundo prefieren París a la Ciudad de México. Solo que por eso sea. Porque aquí la mayor e “histórica” preocupación es retirar del mercado quesos y yogures que “no cumplen con la norma”.
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