Por Jesús Michel Narváez
Trasnochados en el comunismo stalinista, los dirigentes del PT y sus coordinadores parlamentarios, sobre todo Reginaldo Sandoval en la Cámara de Diputados, pretenden que el “Estado” controle los ahorros de los TRABAJADORES que no le pertenecen ni a los empresarios ni al gobierno. Es dinero de quienes se han sobado el lomo para guardar algo y llegar a una vejez sin recurrir al apoyo de los hijos, de los tíos, de los hermanos y de la esposa.
El Partido del Trabajo, ese invento de Carlos Salinas de Gortari e instrumentado por el hermano incómodo, es el único en México y probablemente de los pocos en el mundo, que mantiene una cercana relación con el partido único de Corea del Norte, en donde Kim Jong-un mantiene el férreo control de todas las actividades industriales, comerciales, educativas, de servicios –si es que los hay y si algunos personajes distanciados de la realidad tienen la ocurrencia de visitar Pionyang- y que impide a su pueblo conocer las libertades.
Siguiendo el “ejemplo” del “amado líder”, los del PT pretenden adueñarse de los dineros de los trabajadores desapareciendo, por decreto, las Afores y la Consar para que un “ente del gobierno opere los recursos y encuentre oportunidades para incrementarlos”.
Para sorpresa de los petistas, el grupo parlamentario de Morena no avala la propuesta, lo que implica necesariamente que no transitará. Ello provocará que la bancada original del PT compuesta por 61 diputados y de los cuales le “prestó” 25 a Morena para que hiciera mayoría junto con el PES, se reagrupe y deje al partido en el gobierno sin los suficientes legisladores para continuar presidiendo la Junta de Coordinación Política.
Y también es probable que las iniciativas del presidente de la República no encuentren el respaldo necesario para ser aprobadas. Esto, claro está, es especulación.
Pero en el grupo parlamentario del PT en San Lázaro se agitaron las aguas desde el momento en que no se le concedió la presidencia de la Mesa Directiva para el último año de la LXIV Legislatura.
Más allá de las calenturas legislativas, el meollo del asunto es que con el pretexto de la “reformas al sistema de pensiones”, el gobierno pretenda ser el “administrador” de los recursos ahorrados por los trabajadores y que en el informe que por ley tiene que rendir la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro que abarca hasta el segundo trimestre de 2020 se revela que alcanzan los 4 millones 299 mil millones de pesos. Dos terceras partes del Presupuesto de Egresos de la Federación.
Pretender “estatizar” los ahorros que no son del Estado y tampoco de los empresarios sino de los trabajadores es, hay que decirlo con propiedad, regresar al stalinismo en donde no se movía la hoja del árbol sin la voluntad del dictador.
¿En qué país suponen que viven los legisladores y la dirigencia del PT? No se debe permitir una medida así. Ya tenemos suficiente con la autocracia presidencial.
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