Por Jesús Michel Narváez
Ya no son las benditas redes sociales. Podría decirse que ya alcanzaron el calificativo de malditas. Por lo menos entre los residentes de Palacio Nacional y los empleados que laboran en diversas alas del majestuoso edificio, cuyo primer habitante fue el nada querido Hernán Cortés.
En Twitter, Facebook e Instagram se desató un tsunami de críticas al presidente López por haberse reído de la publicación en Reforma sobre las masacres que se han registrado en el presente año: 43.
Por respeto personal procuro no ver la conferencia matutina. Me entero de lo que allí se dice mediante la versión estenográfica que hace pública la oficina de comunicación de la Presidencia de la República. Por tanto, no fui testigo de la burla presidencial y gracias a los amigos que enviaron el video lo escuché y lo vi. Es una vergüenza que quien dice estar con el pueblo ría como lo haría Grimhilde la bruja de Blancanieves ante comprobadas acciones criminales en la que pierden la vida decenas de personas.
Un Presidente que se precie de serlo, muestra seriedad frente a hechos sangrientos. Un Presidente de un país democrático, no divide a sus gobernados. Un Presidente nacionalista no se arrodilla ante el vecino que lo pisa.
Sin embargo, todo ello ocurre en México, en donde el Presidente de la República toma a broma las masacres, se burla de los mexicanos con su rifa del avión sin avión; aplica recursos aprobado para el desarrollo de programas y miente al asegurar que el sorteo “fue todo un éxito”.
Ignoro, porque no tengo las pruebas, si el presidente o su camarilla se toman la molestia de leer lo que dicen los tuiteros o aquellos que prefieren Facebook o Instagram para vaciar sus opiniones, sus emociones, sus aplausos y sus críticas.
Debe ser irritante para un personaje que se siente tocado por la Mano del Supremo que los simples mortales osen llamarlo mentiroso, insensible, hablantín, agresivo, majadero y colóquele usted las palabras que faltan. Porque desde su reducida óptica política millones de sus adversarios no lo merecemos. Está hecho a mano para los que conforman el pueblo bueno y sabio.
Quizá por ello busca que se legisle para controlar a las redes sociales y que no se vayan por la libre. Aplaude a Facebook por cancelar cuentas ubicadas en el extranjero y en las cuales se orquestan, según su vocero, campañas en contra del presidente y de su llamada cuatroté.
Quiere aplausos, ovaciones, fanfarrias, bombo y platillo para aderezar sus chistoretes. Subido en su nube, ríe y hace recordar a Grimhilde que por sus acciones contra Blancanieves no tiene la simpatía de la mayoría. Decía Carlos Loret de Mola: menos hígado y más cabeza. Creo que es mucho pedir, pero bien le haría al presidente desinflamar la víscera.
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