Por Arturo Lino Guzmán
La salida de la CONAGO de 10 gobernadores de la llamada Alianza Federalista es una clara señal de la inconformidad que existe por el mal trato que se les está dando a los estados que ellos representan por parte del Presidente de la República quien, al parecer, atiende, muy a su manera, claro, los reclamos y las peticiones que le hacen aquellos mandatarios que no pertenecen al partido en el poder.
La valiente decisión de los gobernadores Martín Orozco Sandoval (Aguascalientes); Javier Corral Jurado (Chihuahua); Miguel Ángel Riquelme Solís (Coahuila); José Ignacio Peralta Sánchez (Colima); José Rosas Aispuro (Durango); Diego Sinhué Rodríguez Vallejo (Guanajuato); Enrique Alfaro Ramírez (Jalisco); Silvano Aureoles Conejo (Michoacán); Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón (Nuevo León); y Francisco Javier García Cabeza de Vaca (Tamaulipas), de dejar a la Conferencia Nacional de Gobernadores es una llamada de atención y un reclamo hacia la máxima autoridad en el país para que los escuche verdaderamente y se les dé el apoyo para la solución de muchos problemas que aquejan a sus entidades.
La Conago -con la mayoría de gobernadores de Morena- se había convertido en un organismo sin fuerza para ser el interlocutor de los mandatarios estatales con el Jefe del Ejecutivo porque aquellos estados gobernados por el partido mayoritario, al igual que la bancada en el Congreso de la Unión y de los locales, están supeditados a las órdenes del inquilino de Palacio Nacional.
Pero todo esto ¿qué tiene que ver con el turismo?, se preguntará usted, amable lector(a). Pues es muy sencillo: los presupuestos destinados a la industria turística se han disminuido considerablemente, especialmente a los estados, desde la llegada de la actual administración, en aras de una supuesta austeridad y eso afecta severamente la promoción de las entidades, que aunado a los desaciertos que se han tenido en el ámbito federal con los yerros de la página visitmexico.com, las condiciones no son las apropiadas para que el sector turístico pueda contribuir a una mayor entrada de divisas al país.
La ausencia de una tercera parte de gobernadores deja sin credibilidad a la actual Conago que será, sin lugar a dudas, un Club de Toby, pues los mandatarios surgidos de Morena difícilmente se atreverán a cuestionar al Presidente y la ausencia de crítica a su jefe serán notorias y eso tendrá repercusiones e implicaciones porque con la sumisión que tengan hacia el Ejecutivo federal, seguramente serán compensados en los presupuestos que se les asignen.
Ahora son los secretarios de turismo de dos regiones (sureste y occidente) los que realizan alianzas para poder hacer frente y paliar la crisis en la que se encuentra sumido el turismo con una caída de visitantes extranjeros por la situación de la pandemia ocasionada por el Covid-19.
Llamó la atención una noticia, que si bien no tiene que ver con el turismo directamente, si es de interés pues para muchos jóvenes que han vivido en casas de asistencia u orfelinatos se presenta una situación de urgencia y aquí el turismo es una de las actividades que pueden ser una oportunidad para ellos ya que las alternativas que tiene la industria es inagotable.
La crisis sanitaria se ha convertido en una crisis económica para los jóvenes. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo se calcula que uno de cada seis está desempleado y 65% de los jóvenes considera que su actividad educativa se ha visto afectada en tanto que 9%, podría abandonar definitivamente sus estudios.
El panorama es más complicado para las y los jóvenes que han egresado de sistemas de protección por diversas razones: ellos sufrieron vulneraciones a sus derechos y por ello, su cuidado desde su niñez o adolescencia, quedó a cargo del Estado en centros de protección como orfanatos, albergues, hogares y familias de acogida, hasta que su situación familiar se resolviera o alcanzaran la mayoría de edad.
Su camino a la independencia es tempestuoso porque la mayoría, al cumplir 18 años, debe egresar de los centros de protección donde crecieron, sin educación formal, empleo, vivienda y lo más importante, sin una red de contención, pues no cuentan con un núcleo familiar que les brinde soporte económico y moral.
Miles de niños que crecieron sin el cuidado de una familia ahora son jóvenes que buscan una segunda oportunidad para tener una mejor vida, pero se enfrentan a un sistema desigual con rezagos estructurales en materia de educación, salud, salud sexual y empleo, aunado a las pocas oportunidades para adquirir y comenzar su vida profesional, sobre todo ahora que la pandemia ha dejado desempleo e incertidumbre desde el mes de marzo.
“Antes de iniciar el confinamiento por la pandemia existía la posibilidad de tener un empleo en el hotel, pero a finales de marzo me dijeron que no sería posible porque hubo recorte de personal y me colocaron en el banco de talento, mencionándome que, si hubiese una oferta laboral, me considerarían”- expresó Jesús, un joven de 20 años que creció bajo el modelo de Acogimiento Familiar en Aldeas Infantiles SOS México.
El turismo es una noble opción de empleo y si esos niños y jóvenes que crecen en casas de protección tuvieran la oportunidad de capacitarse en los menesteres del turismo, el país ganaría mucho y se aprovecharían innumerables talentos.