El Regreso de la Patada de Grulla

La Tiendita de los Horrores

Por Emilio Hill

Cobra Kai (Robert Kamen, 2018) es un claro ejemplo del producto Milennial y Centennial. Estrenada en 2018 por la plataforma You Tube Red, alcanza su máximo nivel de publicidad y éxito, solo hasta que Netflix la adoptó. El medio es el mensaje pues.

Y no solo eso, tiene un discurso de redención, sobre todo para los antes villanos. Un tufillo moralista acorde con los tiempos. Los protagonistas que eran enemigos tienen una suerte de revisionismo en sus personajes si lo comparamos con el primer filme de la franquicia realizado en 1984 y dirigido y dirigido por John G. Avildsen, Karate Kid. Así, el chaparrín Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y su jurado enemigo de dojo, Johnny Lawrence (William Zabka) se reencuentran décadas después, pero sus motivaciones serán otras. Tendrán que enfrentar ambos personajes sus demonios sin la adolescencia como justificación y sí una chavoruquez ya muy prolongada.

Lo interesante del asunto es que esta revisión de personajes en el universo de la ficción hollywoodense, sobre todo los antes villanos sin matices, está de moda. Basta recordar Guasón (Todd Phillips, 2019), quien de plano es convertido en el exitoso filme en una especie de antihéroe, que se contrapone al espíritu original concebido en el comic por Bill Finger, Bon Kane y Jerry Robinson en los cuarenta, para ser la némesis de Batman y la visión que de Maléfica hay en los filmes que retratan su historia previa a hacerle la vida de cuadritos a La Bella durmiente.

En este último caso, el personaje es interpretado por Angelina Jolie, a quien ni pintado le queda el papel luego de que le hiciera la vida de cuadritos a Brad Pitt. La moda, responde en el fondo a moralizar a la maldad que surge de la ficción y por qué   no decirlo a lanzar ideas y personajes ya probados y conocidos por el público.

El juego no es algo nuevo, pero ahora más que nunca la industria lo hace evidente. Ya hasta se anunció un remake de El príncipe del rap, la famosa comedia que hizo famoso a Will Smith, pero desde el género del melodrama. El famoso actor será el productor y, de hecho, lo es también de Cobra Kai. No se necesita ser muy agudo para pensar que ante el fracaso del filme protagonizado por su hijo Jaden –Karate Kid– había que desquitar los derechos de la franquicia.

En todo caso, y a pesar de lo anterior Cobra Kai, está muy bien desarrollada y guarda la idea original de Robert Mark Kamen quien es de hecho el creador de este revisionismo de la franquicia clásica ochentera.

Secuelas de Karate Kid hubo varias, la mayoría paso con pena, más que con gloria y hasta una caricatura de pocos episodios, pero el vuelco con algunos tintes de melodrama más cargado, funciona para los tiempos actuales. Las temporadas se han renovado sin mayor polémica y el más feliz es Ralph Macchio quien de plano no vio la suya en tres décadas hasta que regresó de donde andaba y se le concedió volver, como dice la canción.

Ojalá y Cobra Kai mantenga el ritmo y no se emocione con sus primeras patadas de grulla y entonces baje la calidad en sus guiones.

 

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