La Expectativa no es la Realidad

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

No sé usted, pero después de 6 meses de encierro, haber sabido que Carlos Slim le invirtió a “riesgo” para acelerar los trabajos de la vacuna que contenga el contagio del Covid-19, la vida se me alegró.

Sin embargo, escuchar el triunfalismo con el cual se busca “contagiar” de alegría a todos los mexicanos, me parece algo fuera de contexto. La vacuna no está autorizada, se encuentra en fase tres y si no pasa la prueba del ácido, entonces no habrá vacuna.

No entiendo, por ello, que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, salga con ese tufo de pírrica victoria y aún no conseguida, a hablar de que en noviembre estará la mesa servida con miel sobre hojuelas.

Y leer que México necesitará 200 millones de dosis de vacunas, no deja de sorprender.

El país cuenta, según las estadísticas del INEGI, con 126 millones de habitantes. Y se presume que una vacuna se inocula solamente una vez. No dos ni tres. ¿Para qué queremos 74 millones más de salvavidas?

Nadie explica la razón del número y eso despierta el sospechosimo. ¿Acaso, como dice el subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga, habrá una “reserva” para los gobiernos izquierdistas afines con López Obrador?

Dar lo que no se tiene es mala receta. Porque si algo le falta al país, es tener una economía saludable, que no dependa de los vaivenes sanitarios ni políticos.

Además y como apoyo al encabezado de esta entrega, la vacuna no es una realidad. Es todavía una investigación en proceso y garantizar que en noviembre ya estará lista para los mexicanos, parece ser un nuevo engaño de la cuatroté.

La ilusión, la esperanza, el mirar el horizonte, como usted quiera llamarle, de abandonar el aislamiento y regresar a lo que antes teníamos ahora en el modelo de “nueva normalidad” no se pierde pero se desgasta.

El cansancio de trabajar en casa es mayor que la actividad desarrollada fuera de ella. No es queja. Es realidad. Y usted, que ha estado asilado, lo sabe y muy bien.

Alguien me comentó: ¿Será que tendremos que tomar Prozac para evitar la depresión? Mi respuesta fue clara: no lo sé. En lo personal me niego a consumir medicamentos que me hagan dormir, me quiten las preocupaciones o me devuelvan el vigor perdido.

Por ello, porque la alegría disfrutada por saber de la inversión para la acelerar los trabajos de la vacuna, se diluyó al saber que todavía no hay vacuna. Porque no existe. Está en pruebas. ¿Y si no pasa la del ácido? Adiós alegría y mal venida la desesperanza. Teclazos en sábado. No de todos los días.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @jesusmichelMx, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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