Sobornos ¿De Quién?

Yo Campesino

*López Muestra la Paja Ajena con Lozoya, Pero “y Todo lo que él Hace?

Por Miguel A. Rocha Valencia

En una de esas, con lo endeble de las acusaciones y que algunas de ellas prescribieron o será imposible probar, aun con la presentación de videos como el de René Bejarano o Carlos Imaz Gispert, el ex marido de Claudia Sheinbaum, recibiendo sobornos en dólares para pagar campañas electorales, el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, podría desdecirse y no continuar la farsa armada por el presidente López para descubrir a corruptos.

Aunque claro, es posible que Lozoya, para proteger a su familia, diga todo lo que quieran los “negociadores” de la cuarta para dejarlo en paz.

Entonces veremos que los corruptos de El Peje son unos y a esos hay que cuidarlos y hasta premiarlos: “agarren” si les ofrecen, diría el tabasqueño, y que a los otros, sin posibilidad de inculparlos penalmente o de plano meterlos a la cárcel, al menos hacerlos objeto del escarnio popular.

Claro, no se haría justicia, sino una simple revancha que seguramente tendrá consecuencias porque también hay corruptos de Cuarta, algunos ya exonerados por el tlatoani de Palacio Nacional, como los Bartlett, los Ackerman-Sandoval, los Robledo o Rabindranath Salazar, este último que haría su negocio de 13 mil millones de pesos con la asignación directa de los cajeros y software del Banco del Bienestar.

Sumaríamos varios super delegados de López en los estados, como el renunciado Carlos Lomelí, de Jalisco y Pablo Amilcar Sandoval. Pero claro, todos ellos son de la cuarta y el pontífice tabasqueño ya los purificó.

Pero si de sobornos se trata, poco puede decir López a quien más de una ocasión tranquilizaron a billetazos, millones de pesos, como los que le dieron para desbloquear pozos petroleros en su natal Tabasco o para dejar de tirar basura en el D.F. Por eso tiene dinero.

Más aún, si se trata de cuentas oscuras, están las que se reservó durante 12 años con los segundos pisos, donde ni siquiera se conoció en su momento, el proyecto ejecutivo.

Tampoco hubo castigo para su entonces jefe de finanzas, Gustavo Ponce que derrochaba dólares en Las Vegas.

Esa corrupción no existe, fue borrada del mapa, como la que hay tras la línea 12 del Metro, donde el negocio fue inmobiliario, lo que los empresarios israelíes le dieron a Marcelo Ebrard para que acelerara la obra para poder desarrollar vivienda. Se habló de cifras superiores a los 50 mil millones de pesos de aquellos tiempos. La prisa, por la que se hizo tan mal y con vagones no apropiados, no fue la urgencia de transporte sino el negocio. Fue en un hotel frente a la Alameda Central donde se hizo el compromiso.

Eso sólo como botones de delitos comprobados y si hay que hablar de embutes, cochupos o sobornos, pregunte a los militares con obras, aduanas, manejo de dinero, hidrocarburos o compra de gubernaturas.

Porque también es corrupción malgastar y tirar a la basura el dinero de los mexicanos, escamotear recursos etiquetados en presupuesto y a gobernadores, mentir, dejar que el crimen se apodere del país, la negligencia en salud que ha causado más de 40 mil muertos y ni qué decir de la incapacidad para conducir las finanzas públicas.

Sí, corruptos son los que se fueron, que lo prueben, pero los de hoy, los de cuarta, son tan evidentes que merecerían cárcel no por rateros o ineptos, sino por ambiciosos, burdos y ¡mensos!

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