*Caen Ingresos y Sube la Deuda
Por Jesús Michel Narváez
Culpar al reumático elefante del circo que le dejaron, ya dejó de ser novedad. Y tampoco es una sorpresa que las llamadas Empresas Productivas del Estado sean todo lo contrario. Es decir: IMPRODUCTIVAS.
Los reportes oficiales del primer semestre de 2020 de ambas empresas registran cuantiosas pérdidas. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) cuyo capitán del navío es Manuel Bartlett Díaz registró una pérdida de 96 mil 780 millones de pesos, eso sí, menor en 26 mil 18 millones en comparación con 2019.
Y Pemex, ¡ah Petróleos Mexicanos! con el ingeniero agrónomo al frente, Octavio Romero Oropeza no conoce, en su administración y la del presidente López los números negros. Lo único negro que se observa en la alicaída y técnicamente quebrada petrolera, es el crudo que se extrae de las entrañas de la tierra y en donde se ubican los veneros del diablo.
Los ingresos petroleros cayeron 51 por ciento al pasar de 367 mil millones de pesos durante 2019 a 181 mil.
La disculpa de Pemex ¿Cuál cree usted que es?… ¡la pandemia!
Y en la CFE se argumenta que las pérdidas fueron ocasionadas por ¡la pandemia!
Ello, explica en un comunicado, debido principalmente a una disminución en las ventas al sector industrial ocasionado por el cierre por la contingencia sanitaria por la Covid-19, esto a pesar del incremento en el consumo del sector residencial, indicó.
Bueno: el presidente López y sus capitanes energéticos no podrán presumir de que gracias a sus medidas, el combate a la corrupción, la reducción de salarios en atención a la “austeridad republicana”, la estricta prohibición de utilizar aeronaves propiedad de las empresas, el despido de miles de trabajadores no sindicalizados y la cancelación de equipos de cómputo y servicios de comunicación, las empresas productivas del Estado “ya no se manejan como antes”.
Porque habría que revisar cómo se manejan antes y con toda la corrupción que se generaba en sus operaciones había ganancias aunque mínimas.
Dirán desde el púlpito presidencial que el precio del crudo se cayó y las ventas se redujeron por la pandemia. En el primero punto sería saludable la revisión de los petroprecios en el inicio del gobierno de Vicente Fox; aunque no hay comparación con pagar por que se lleven el petróleo por falta de depósitos en donde guardar el crudo.
Por cuanto a la CFE no deja de sorprender que las pérdidas se incrementen y que junto con Pemex absorba miles de millones de pesos anualmente y su productividad sea mínima y costosa. El decretazo de Rocío Nahle para prohibir o suspender la generación de energías limpias no le generó mayores ingresos a la CFE. Y la cancelación de las Rondas para abrir a los inversores nacionales y extranjeros la prospección y extracción de crudo, no fortaleció a la petrolera mexicana.
Con estos números, el Presupuesto de Egresos de la Federación se desfondó y de ahí la urgencia del presidente López por la reforma a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y de los fideicomisos. Busca dinero debajo de las piedras porque sin “without money the dog does not dance”. O lo que es lo mismo: no habrá votos en 2021.
Y la crisis de las empresas (Im)Productivas del Estado, no es para festinarse sino para preocuparse. Porque no sufrirá el Gobierno como ente, sino los millones de mexicanos que reciben apoyos en los programas sociales y aquellos que enfrentan el problema en sus empresas.
¿Qué se le puede decir el pueblo bueno cuando meta la mano en el bolsillo y encuentre un agujero y no dinero?
Ya se las ingeniará el presidente López para decirnos que todo se debe a los “neoliberales”. Y mientras la crisis sanitaria acompañada de la económica alertan a todo mundo menos al gobierno federal, el número de muertos por el Covid-19 está por llegar a los 45 mil más los fallecimientos ocultos, el presidente se solaza criticando el Avión Presidencial y sosteniendo que las declaraciones de Emilio Lozoya hará que se termine la corrupción de los llamados personajes de cuello blanco. Diría Dalidá: parole, parole, parole.
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