Por Verónica V. González y Arnoldo Piñón
Con las losas que le representan las cuestionadas gestiones de Elizmara Leslie Aguilar Ayala y Zulma Janeth Carvajal Salgado como administradoras en los hospitales regionales “Lic. Adolfo López Mateos” y “1o de Octubre”, el doctor Pedro Mario Zenteno Santaella, parece haberse fijado como meta para los próximos tres años ser director general del ISSSTE y candidato de Morena a la gubernatura del Estado de México.
Quizá por esa razón las gestiones de las dos ex subdirectoras de administración no han sido sometidas por el Órgano Interno de Control a una exhaustiva revisión para deslindar responsabilidades, pese a que existen señalamientos de corrupción severa: nepotismo, tráfico de influencias, y al haber ocultado material y equipo contra la pandemia pudieron haber incurrido en un delito criminal. Inadmisible en el gobierno de la mal llamada 4T que dice tener en la lucha contra la corrupción una de sus principales políticas.
La doctora Aguilar Ayala fue destituida luego que el 26 de mayo médicos, enfermeras y personal administrativo bloquearan Avenida Universidad con la exigencia que se les entregara equipo de protección personal para hacer frente a la pandemia de la Covid-19.
Denunciaron diversos actos de corrupción, incluido el intercambio de plazas laborales para familiares con la todavía subdirectora de administración del Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza”, Alma Guadalupe Ham.
La señora Carvajal Salgado fue suspendida por el Órgano Interno de Control, después de señalamientos de corrupto manejo en equipo y material contra el coronavirus y tras que también los trabajadores bloquearon durante horas Avenida Politécnico Nacional el 13 de abril.
En este caso se hicieron denuncias que mientras en el hospital los trabajadores no tenían equipo necesario para la atención de pacientes infectados, el senador con licencia por Morena y precandidato a la gubernatura de Guerrero, Félix Salgado Macedonio -tío de la señora Carvajal Salgado-, repartió cubrebocas KN95 y otros insumos médicos de protección contra el virus, que sospechaban salieron del ISSSTE.
Zenteno Santaella estuvo, el 4 de marzo, en el Hospital López Mateos, en lo que fue interpretado como un acto de apoyo a la subdirectora de administración, frente a las voces de inconformidad que ya denunciaban corrupción en la gestión de la doctora Aguilar Ayala.
El director normativo de administración y finanzas del ISSSTE hizo comentarios sobre los efectos nocivos de la corrupción de administraciones anteriores, luego de escuchar quejas de la falta de material y equipo para enfrentar la pandemia.
En los días finales de la gestión de la doctora Aguilar Ayala salieron algunos equipos de respiración mediante entubamiento. Los trabajadores corroboraron que fueron prestados al hospital “Gral. Ignacio Zaragoza”, en lo que consideran un favor a la señora Ham.
Está comprobado que ambas incurrieron en tráfico de influencias, al intercambiar favores para abrirles espacios a familiares: una hermana de la doctora Aguilar Ayala habría sido ingresada al hospital Zaragoza, a cambio que dos sobrinos de la señora Ham fueran incorporados a la nómina del López Mateos.
Una de las denuncias de las arbitrariedades cometidas por la doctora Aguilar Ayala fue que ingresó a trabajar a áreas administrativas a personas que no cumplían con el perfil requerido, además de no estar registradas previamente en bolsa de trabajo requisito sine qua non indispensable.
A la señora Zulma Janeth Carvajal Salgado los trabajadores del hospital “1o de octubre” le probaron que escondía material y equipo para atender pacientes infectados de la Covid-19, una acción criminal que debiera ser investigada con un objetivo penal si en verdad existiese un real compromiso de combatir la corrupción.
Las tres mujeres son protegidas del subdirector de personal del ISSSTE, Javier Huerta Hurtado, uno de los funcionarios más cercanos al doctor Zenteno Santaella.
El subdirector de personal ha dedicado esfuerzos y recursos públicos para debilitar la gestión del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE (SNTISSSTE), en lo que implica una violación a su autonomía consagrada por la ley laboral. Esa es una forma de corrupción, frente a la cual Zenteno Santaella es cómplice y, por lo tanto, ambos incurren en responsabilidades. Desafortunadamente este gobierno no es muy pulcro en el respeto a la ley.
Frente a evidentes irregularidades de las dos ex subdirectoras -y también de la subdirectora administrativa del Hospital Zaragoza-, ¿por qué no han sido auditarlas sus gestiones para deslindar responsabilidades? ¿Para tapar ineptitudes y corruptelas de los allegados?
El director normativo de administración y finanzas adquirió notoriedad cuando pronosticó que el ISSSTE entraría en quiebra en julio de 2019 como consecuencia de los pésimos manejos que gestiones anteriores hicieron. Si hubo irregularidades y corrupción, ¿por que no se presentaron denuncias para deslindar responsabilidades? ¿La gestión de Luis Antonio Ramírez Pineda las solapó porque fue parte del equipo de Sebastián Lerdo de Tejada (qepd) y de Luis Antonio Godina -en el FOVISSSTE-?
Zenteno presume su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que le permite tener tanta o más influencia en la toma de decisiones en el ISSSTE que el director general, Luis Antonio Ramírez Pineda, a quien espera sustituir de lograr la candidatura a la gubernatura de Oaxaca el próximo año.
Desde la dirección general se convertiría en un precandidato fuerte a la gubernatura del Estado de México, frente a Horacio Duarte -director de aduanas- e Higinio Chávez -senador- por Morena.
Está obligado a que las dos ex funcionarias en dos de los hospitales más importantes del ISSSTE rindan cuentas, porque de lo contrario mostrará que solapa corruptelas e ineptitudes de los suyos, mientras culpa al pasado del cochinero que dejaron, en un doble discurso tan de moda en el actual gobierno.
Así las cosas, en el ISSSTE parece que los que se fueron no eran tan pillos, como los que llegaron no son tan honestos…
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