“Ya no Estoy Aquí”

Del Cine y las Leyes

El Sincretismo Cultural Negado

Por Horacio Armando Hernández Orozco

“Ya no Estoy Aquí”, película mexicana, dirigida y escrita por Fernando Frías de la Parra; protagonizada por Juan Daniel García Treviño (Ulises Sampeiro), Angelina Chen (Lin), Jonathan Espinosa (Jeremy), Coral Puente (Chaparra), Tania Alvarado (Wendy), Fany Tovar (Negra), Luis Leonardo Zapata (Isaí), Yahir Alday (Sudadera), Leonardo Garza (Pekesillo), Deyanira Coronado (La Prendida), Yocelin Coronado (La Chida) y Abigail Silva (mamá de Ulises); estrenada en la plataforma de Netflix en mayo de 2020.

Ulises es un ‘cholombiano’ de los suburbios de Monterrey, que por un mal entendido con miembros de un cartel debe huir a Estados Unidos, sufriendo en carne propia la discriminación de propios y extraños.

Ambientada durante la llamada guerra contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón, narra la historia de un chico de 17 años, de Monterrey, que al igual que miles de jóvenes regiomontanos, ha crecido teniendo como telón la violencia de la delincuencia y la discriminación por pertenecer una tribu suburbana.

DE COLOMBIA A KOLOMBIA

Ulises vive en un barrio pobre de Monterrey, Nuevo León, junto a sus amigos Chaparra, Negra, Pekesillo, Jeremy, Isaí, Chida, Prendida, Wendy y Sudadera; gustan de la cumbia rebajada, y forman la banda “Los Terkos”, asistiendo a bailes populares con los atuendos identificables de la contracultura Kolombia.

La llamada cumbia rebajada es un subgénero musical derivado de la cumbia colombiana y la cumbia mexicana surgido en Monterrey, a partir de una manipulación tecnológica de la música grabada, que emula el rítmico instrumental de la cumbia colombiana y el vallenato, pero a un tempo más lento de aproximadamente a 76 pulsaciones por minuto.

En la década de los 60´s la cumbia colombiana se popularizó en la Ciudad de México, y de ahí llegó a Monterrey, siendo popular en bailes públicos y fiestas en sitios como la colonia Independencia, donde, según el sonidero Gabriel Duéñez, la rebajada tuvo origen de manera accidental cuando su tornamesa se averió y comenzó a interpretar la música colombiana con menor velocidad, dando resultado a un ritmo «más rebajado, más aguado», surgiendo así la Kolombia.

DE CHOLO A CHOLOMBIANO

Hay un niño que quiere pertenecer a “Los Terkos”, Ulises platica con él y es aceptado como “Sudadera”, pero además de adoptar un nuevo nombre debe cumplir con la vestimenta de un ‘cholombiano’, así que Isaí se encarga de darle la ropa adecuada, y que cumpla con el peinado tradicional de patilla larga, rapado de cabello y fleco largo parado.

Cholo” es un término usado en algunos países de América como de identidad nacional y que generalmente refiere a la población mestiza; “el cholo” del Este de Los Ángeles es típicamente joven, asociado con pandillas latinas y portadora de ciertos atuendos, como pantalones muy sueltos, una camiseta blanca bajo una camisa muy bien planchada con solo el botón del cuello abrochado, tenis o zapatos.

La vinculación especial de la influencia de estos cholos llegados de EU a Monterrey, con la afición a lo colombiano, es lo que explica el nombre de Cholombianos, que han desarrollado un estilo realmente único a través de sus peinados, ropas y accesorios, como sus escapularios.

La diseñadora de modas británica, Amanda Watkins resume su fascinación con los Cholombianos en una simple frase: “Eran de lejos la gente más interesante en una ciudad tremendamente conservadora: Monterrey”.

LA ASIMILACIÓN Y LA APROPIACIÓN CULTURAL

Ulises presencia el ataque del cartel llamado “Los F” hacia “Los Pelones” una banda rival de cholos; por lo que, ante la aparente amenaza de muerte a él y a su familia, debe huir de su barrio y cruza ilegalmente a los Estados Unidos llegando a Jackson Heights, en Queens, Nueva York, donde conoce a Lin, una joven descendiente de asiáticos.

En Monterrey, al igual que en muchas partes de México, se vive la violencia desatada por la guerra contra el narcotráfico, tanto en los barrios populares como en las grandes urbes, existen enfrentamientos entre carteles, por lo que familias completas han huido.

El protagonista huye a Nueva York, donde el choque cultural se hace presente; durante su estadía en un territorio desconocido, con un idioma y costumbres extrañas, Ulises experimenta discriminación por su apariencia y demuestra un profundo sentimiento de añoranza frente a todas esas cosas que lo conformaron y lo hacían sentir parte de algo más grande que su propia individualidad, un joven que se aferra a su identidad cultural; sólo Lin parece comprenderlo, pues ella forma parte de una minoría que ha aprendido a adaptarse a circunstancias ajenas a sus costumbres culturales.

La asimilación cultural es un proceso por el cual un grupo étnico es absorbido y pierde por lo general su originalidad de manera parcial o total como sus maneras de hablar, su dialecto, sus peculiaridades en el habla, sus modos de ser y otros elementos de su identidad cultural cuando entra en contacto con la sociedad o cultura dominante.

La apropiación cultural es la adopción, accidental o intencionada, de elementos culturales por parte de miembros de otra cultura, tales como tradiciones, comida, símbolos, tecnología, lengua y música; en procesos de globalización es inevitable que múltiples culturas se junten.

Lin representa ese proceso de asimilación cultural, pues su familia y ella misma, ya no hablan su idioma natal (mandarín), ni practican sus costumbres, de hecho, en una fiesta de compañeros se pone a bailar twerk; mientras Ulises, como cholombiano representa a la apropiación cultural, adoptando elementos culturales tanto de Colombia, como de los cholos angelinos, siendo un verdadero sincretismo cultural, del cual se aferra, pues inclusive se niega a bailar música de banda o hip hop.

Una cinta que refleja los valores de la identidad en las llamadas tribus urbanas con códigos de vestimenta, de lenguaje, rituales y simbolismos; el doble sincretismos entre lo cholo y la música colombiana; la asimilación y apropiación cultural; que retrata una contracultura negada, la Kolombia Regia, que como expresiones culturales muchas veces son invisibilizadas o menospreciadas, y en otras, discriminadas, o en el peor de los casos reprimidas por estigmatizarlas con la delincuencia.

Según datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Monterrey ya ha sido señalada, en años anteriores, como la ciudad que más discrimina en todo el país; apenas en 2017, se promulgó la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Estado de Nuevo León, en la cual se prohíbe cualquier acto de discriminación, entre otros, por apariencia física o cultural.

Las subculturas o contraculturas, por general, son juzgadas a partir de su apariencia, olvidando que surgen gracias a movimientos sociales y políticos de gran relevancia; Ulises es el tipo de personajes que la sociedad olvida, aplasta y quisiera desaparecer, pero ahí están y estarán; siempre se ha dicho que México, es un país multicultural, pero ¿serán aceptadas todas las manifestaciones sociales y culturales como la Kolombia?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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