Economía Mixta

*El Rechazo al Estado Gendarme Tras la Revolución

*Las Empresas Públicas Ensancharon la Propiedad del Estado

*Al Amparo del Nacionalismo Promovieron Industria y Comercio

*Posteriormente Arribó el Neoliberalismo en los Años Ochenta

*Hoy Estamos en el Atolladero y el T-Mec no es Mágico

Por Ezequiel Gaytán

Con el triunfo de la Revolución (1910-1917), los gobiernos entendieron que debían encontrar un camino que garantizara la justicia social y simultáneamente permitiera al pueblo el ejercicio de las libertades que el porfirismo le negó. El dilema de igualdad con libertad era el reto. De ahí que concibieron al liberalismo en dos grandes apartados. En lo político mediante el usufructo de las garantías individuales y sociales, pero en lo económico rechazaron la idea del Estado Gendarme y se decidieron por el intervencionismo del Estado mediante su rectoría e impulsaron el modelo de economía mixta. En otras palabras, México se decidió por la creación de las empresas públicas como fórmula que permitiera que la economía creciera y, las libertades de desarrollaran. Es cierto que dichas libertades estaban acotadas, pero no era un clima de asfixia total.

Las empresas públicas ensancharon la propiedad pública porque la iniciativa privada apenas empezaba y no invertía en grandes proyectos de elevados costos, tales como presas, tampoco le interesaba emprender donde la rentabilidad era mínima o a muy largo plazo, como el transporte colectivo, ni le gustaba arriesgar en ciencia y tecnología. Por su parte los gobiernos de la revolución, al amparo del nacionalismo revolucionario, promovieron la industria y el comercio y, por supuesto, eso benefició al sector privado. También se preocupó por el adiestramiento y la capacitación de los trabajadores y con ello se impulsó la creación de empleos y la mano de obra calificada. La decisión de acelerar el crecimiento nacional mediante la apertura de fuentes de crédito se materializó en instituciones como Nacional Financiera, BANOBRAS y Bancomext. Propuso disminuir el grado de dependencia científico y tecnológico con instituciones públicas de educación superior y el CONACyT.

En otras palabras, la economía mixta consistió en regular las fallas del mercado, fomentar al sector privado, reorientar el rumbo en caso de desviaciones de los objetivos nacionales de democracia con justicia social y dirigir el desarrollo nacional. Que quede claro, la Administración pública nunca pretendió ser el único instrumento de desarrollo, pero si el principal.

Esa idea de economía mixta se burocratizó, creció de manera desmedida el número de las empresas públicas y generó con el transcurso de los años el anquilosamiento y corrupción de las estructuras del gobierno. Por su parte la burguesía nacional cayó en una zona de confort debido al proteccionismo del mercado interno.

Con el gobierno de Miguel de la Madrid empezó a cambiar el modelo de economía mixta y fue durante la gestión de Carlos Salinas que la rectoría del Estado y la economía mixta cedieron su espacio a las fuerzas del mercado. Con el nuevo modelo de desarrollo, llamado neoliberal, la economía volvió a crecer, pero ya sin las ideas de la justicia social ni el nacionalismo revolucionario. Con lo cual la riqueza quedó concentrada en unas cuantas manos, las clases medias crecieron endeudadas y aumentó el número de pobres.

Países como Francia, el Reino Unido e Israel, también transitaron del modelo de Estado interventor al neoliberal, pero no se desprendieron de sus empresas estratégicas, su privatización fue planeada y algunas empresas públicas mantuvieron capital estatal y las reorganizaron, pero no las cedieron totalmente.

Con el triunfo electoral del 1 de julio de hace dos años, el parido Morena propuso un cambio en el modelo económico y del desarrollo nacional. Sin embargo, no ha sido así. Es más, antes de que llegara la pandemia, no se había planteado la creación de empresas públicas que se insertaran en el proceso económico de producir, comercializar y distribuir. Tampoco se incrementó el presupuesto a la ciencia y la tecnología ni a las instituciones públicas de educación superior. No se ve la intención de impulsar al sector privado, ni se ha definido un programa sectorial en favor de la industria y el comercio.

La economía mixta sigue funcionando en muchos países con éxito. Sin radicalismos, ni estridencias, ni conflictos con los sectores de la producción, pues impulsar la producción y generar riqueza concurrentemente entre los factores de la producción es la única ecuación de distribuir las ganancias. Es un modelo que requiere evaluación permanente y decisiones de política económica a fin de cuidar el delicado equilibrio de la regulación del mercado, pues no es posible la total libre competencia, ni la endurecida planificación quinquenal socialista. Mucho menos echar en marcha la maquina impresora de billetes. Se requiere crear un modelo de empresas públicas mayoritarias, ya que podrían ser una solución si se manejan con criterios empresariales, se avocan a impulsar la industria y el comercio y las ganancias son reinvertidas. De otra manera la economía no crecerá y es demasiado riesgoso esperar que el nuevo tratado comercial con los Estados Unidos y Canadá nos saque del atolladero.

 

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