El tema de la justicia penal y la impartición de justicia en el país es preocupante, pues si bien se han hecho reformas al poder judicial, estas no se han podido concretar y los proyectos de ley han quedado en el aire, considera el doctor en Derecho, Ricardo Monreal, quien se desempeña también como presidente de la Junta de Coordinación Política (jucopo) en el Senado de la República.
Y proporciona un dato mayúsculo que ejemplifica su decir: “la falta de investigación, así como la captura, enjuiciamiento y condena de delincuentes es mucha en México, pero la impunidad es gigantesca. La impunidad ha aumentado y para el 2018 pasó del 75 al 93.2 por ciento. Lo que en sí es muy grave”.
Monreal Ávila, además catedrático de Derecho Constitucional en la máxima casa de estudios, urge, pues, a una reforma profunda en materia de procuración de justicia y del sistema de administración de justicia, pues hay hechos escandalosos, como los vistos recientemente en los que liberan a delincuentes de alta peligrosidad porque no se llegan a integrar las carpetas de investigación correspondientes de manera correcta.
Y alarga su explicación, al señalar que la última reforma se hizo en el 2008, donde se logró un verdadero cambio de paradigma en la materia, sólo que los objetivos no se cumplieron al prevalecer el déficit de desconfianza en los ministerios públicos y jueces, y así, pese haberse concebido de manera correcta, se abandonó al destinarse más recursos al combate a la delincuencia que a la capacitación la capacitación de policías, investigadores, ministerios públicos y jueces. Y de ahí el fracaso.
Monreal Ávila abunda al comentar que hasta el momento ha presentado 14 iniciativas en materia de impartición de justicia, el combate a la impunidad y el sistema de Ahorro para el Retiro, que a su juicio “son los dos temas impostergables, que asustan y que todos los dirigentes tienen que asumirlos, aunque exista un costo personal”.
De ahí que, el líder de la bancada de Morena en la Cámara alta, considera enviar una iniciativa sobre jueces sin rostro, a fin de evitar los asesinatos de los impartidores de justicia, y hacer más eficiente al sistema de justicia penal y la impartición de justicia.
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