Como parte de la transición al semáforo naranja a partir del 30 de junio el Centro Histórico de la CDMX comenzó la reapertura gradual y controlada, a través de un programa especial; por ejemplo, la calle de Madero, considerado el andador peatonal más grande a nivel nacional.
“La nueva normalidad tiene más espacios para los peatones, dado que se habilitaron más de 19 mil m2, lo que significa que podamos transitar de una manera más holgada y sin vernos de frente a frente, con la posibilidad de respetar la sana distancia entre las personas y también con esto disminuir los contagios por Covid-19”, afirmó en entrevista Dunia Ludlow, coordinadora General de la Autoridad del Centro Histórico (ACH).
Para transitar tanto la calle de Madero, como cualquier otra, el uso de cubrebocas es una medida obligada, que también se deberá respetar para poder ingresar a los establecimientos del Centro Histórico.
Además, “en el caso de la reapertura del Centro Histórico, la policía turística apoyará en los accesos controlados de Madero y estarán vigilando la buena implementación del programa presentado. A diferencia de otras calles, esta tendrá acceso controlado para garantizar el 30% de acceso en cada uno de sus tramos”, informó Dunia. La también conocida «Corredor Peatonal Madero», es la más transitada de la ciudad y del país entero, por ella pasan más de 350 mil personas al día.
“Se trata de una reapertura ordenada y gradual que contenga las grandes afluencias que existen en el Centro Histórico y las reduzca en un 50% para poder respetar los aforos determinados en cada uno de los establecimientos”, expuso Dunia, tras invitar a preparar previamente las visitas y tomar las medidas sanitarias para acudir a esta parte de la ciudad.