Por Nidia Marín
“Te pareces tanto a mi que no puedes engañarme…”, seguramente estarán cantando fascinados Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, los mandatarios populistas de América del Norte, haciéndose el caldo gordo mutuamente, uno por el proceso electoral de diciembre próximo para su reelección y el otro supuestamente para recuperar credibilidad, aunque así no, no y no.
Pero ahí estarán juntos y revueltos, mientras los pobladores de Estados Unidos y México ocupan los primeros lugares en el mundo entre contagiados y fallecidos por Covid-19 debido a las erráticas políticas de ambos en materia de salud.
Sí, mientras los decesos sobrepasaron el domingo pasado el medio millón de personas en el orbe y los contagios los 10 millones, hay que hacer notar la gran irresponsabilidad de los gobiernos populistas, de izquierda, de derecha o de quién sabe, en materia de salud.
Son una decena de gobernantes populistas en nuestro planeta (a lo mejor más) y sólo hay que revisar el Mapa del Coronavirus de la escuela Johns Hopkins para darse cuenta de como están sufriendo millones de ciudadanos.
Por ejemplo, los más de 328 millones de habitantes de Estados Unidos, gobernado por Donald Trump; los 130 millones de personas cuyo presidente es Andrés Manuel López Obrador; los 209 millones de Brasil, donde mandata Jair Bolsonaro; los más de 66 millones de Reino Unido gobernado por Boris Johnson; y los más de mil millones 352 mil de la India, el segundo país más poblado de la tierra, donde manda Narendra Mori.
Otros con gobiernos populistas son: Rusia y sus 144 millones de habitantes cuyo presidente es Vladimir Putin; Italia, 60 millones gobernados por Giuseppe Conte; Turquía, con 82 millones de personas y el gobierno de Recip Erdogan; Hungría, con sus más de 9 millones donde mandata Viktor Orban; y Honduras, también con nueve millones de personas y el mandatario populista Juan Orlando Hernández.
Casi un tercio de la población mundial amolada gracias a sus malos gobiernos.
De esa decena de mandatarios, dos ya cayeron en las garras de Covid-19: el inglés Boris Johnson y el hondureño Hernández que se debate actualmente entre la vida y la muerte.
Los mencionados 10 mandatarios del populismo, han sido acusados en sus países por no actuar a tiempo y hacerlo mal. Y en el pecado llevan la penitencia, porque en el ranking mundial Estados Unidos tiene el primer lugar en contagios y en fallecimientos (¡bravo señor Trump!); Brasil el segundo sitio en ambos (¿festejando señor Bolsonaro?); Reino Unido, el tercero en muertes y el quinto en contagios (¿le sirvió la experiencia don Boris?); México, el séptimo en defunciones y el 11 en contagios (mejor no hablamos señor López); la India, el octavo y el cuarto respectivamente (¡ni con el encerrón de miles de millones lo logró Narendra Mori!); Rusia el tercero y el 12 también respectivamente (¡es el colmo señor Putin!); e Italia el noveno en contagiados y el cuarto en fallecidos (de pena, ajena don Giuseppe).
Para todos estos personajes la sensibilidad no es su fuerte. Eso sí, su escuela populista se fundamenta como reclamo a la democracia existente en su momento, que se fortalece por el descrédito a los actores políticos, el supuesto apoyo al pueblo y el rechazo a los empresarios (en el caso de México), mientras llevan a cabo elevadas intervenciones de Estado en la economía y reducidas políticas efectivas para la población.
Y mañana los dos presidentes aprendices de todo y oficiales de nada, se reunirán y se adornarán con sombrero ajeno.