*En Salud y Economía Cada vez Peor, sin Rumbo ni Soluciones
Por Miguel A. Rocha Valencia*
Cada vez se complica más la pandemia del SARS-CoV-2 y con ello, el panorama económico se torna más negro para el país. Lo peor es que en ambos temas, no se ven soluciones simples ni cercanas.
Por un lado, de manera lapidaria, Asa Cristina Laurell dijo que renunció a la subsecretaría de Salud por presiones del titular Jorge Alcocer, para no avalar políticas erráticas de salud ni soportar a ignorantes como al titular del Insabi, Juan Ferrer Aguilar.
Pero, además, apuntó que prefirió dejar libre el camino a López Obrador y evitar conflictuarse con personas de su confianza como el secretario “quien es un buen investigador, pero poco sabe de medicina clínica”. Hubo la posibilidad de que la ubicaran en el IMSS, pero no se logró. Empero, no renuncia a la 4T.
En otro frente, analistas financieros pronosticaron que la economía mexicana caerá hasta 8.4 por ciento en 2020, cuando apenas hace dos semanas habían predicho que el retroceso sería de 7.8 por ciento.
Peor, la caída en los ingresos fiscales, sigue el declive a pesar de la feroz persecución contra causantes y defraudadores del fisco, lo cual traerá consecuencias muy graves, pues al creciente endeudamiento, que aumentó ya en casi 20 mil millones de dólares, se suman obligaciones de pago como los cuatro mil 200 millones de dólares, más intereses, por la liquidación de los bonos de Fibra E que se colocaron para financiar el malogrado aeropuerto internacional de Texcoco y que están respaldados por la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) del AICM.
Cayeron los ingresos del TUA en casi 45 por ciento y eso hará que el gobierno saque recursos fiscales para liquidar el abono de este año que supera los 221 millones de dólares (serán en total 19 pagos).
Tal vez por ello, el Banco de México y Hacienda decidieron sacar 11 mil millones de dólares respaldados por la línea swap acordada con el Departamento del Tesoro de EU para inyectar moneda estadounidense al mercado mexicano. Esto ayudará a paliar la crisis ya que esos dólares son canjeables por pesos.
Pero estos son paliativos; la industria en general está por los suelos, especialmente de la construcción y lo poco que había, se lo dieron al Ejército; la aeronavegación también y con ella todo el turismo.
De tal suerte que con el aplanamiento de la curva sugerida por Hugo López-Gatell (quien también marginó del trabajo a Asa Cristina Laurell) y su consecuente alargamiento, aunque sin mitigar los efectos mortales de la pandemia, la economía sufrirá consecuencias de más largo plazo.
Tanto que para el 2021, contra lo que pronostica un político zacatecano, la caída puede continuar y alargarse hasta el siguiente ciclo, ya que en la encuesta realizada por Banamex, entre quienes sí saben, los cálculos de baja alcanzan el 10.5 por ciento del PIB.
Claro que podría haber repunte, pero lento, por una recuperación normal de la economía, donde la oferta no tendrá como respuesta una demanda inmediata dado que los consumidores estarán muy golpeados y cientos de miles, sin trabajo.
Es decir que, ni las dádivas del gobierno servirán de gran cosa, como tampoco los créditos a empresas “cumplidas” por 25 mil pesos. Deberá recuperarse la capacidad real de compra, y esa sólo se logrará con la estabilización del empleo que da confianza para consumir.
Igual con los empresarios que les dicen sí a los mediadores, pero no les dicen cuándo, máxime que ahora se les persigue por elusores y defraudadores fiscales y se les amenaza no sólo con sacarlos al patíbulo de Palacio Nacional, sino de hacerles juicio y embargarlos o meterlos a la cárcel.
A cambio, cuando pidieron esos empresarios, no que les regalaran, sino que les dieran vida difiriendo el pago de impuestos, el presidente les dijo que no, que se rascaran con sus uñas.
El resultado, no sólo fue el cierre, la quiebra de empresas de todo tamaño sino también una profunda desconfianza en un gobierno que los insulta, los persigue y amenaza, que no los ayuda, pero les pide auxilio a través de terceras personas.
