“Nacionalismo” Moreno

*El 4 de Julio, la “Explosión” de Apoyo

*La Fiesta Real Será Estados Unidos

*Alianza Para “Frenar” las Críticas

Por Gerardo Lavalle

Cuando en Washington y en todo el territorio de la Unión Americana estén celebrando el 244 aniversario de su Independencia después de vencer a las 13 colonias británicas orientales que se apoderaron de los ahora conocidos Estados Unidos de América, en México Morena, el PT y el PVEM saldrán a las calles virtualmente para iniciar la “defensa del presidente López Obrador” y frenar los “ataques” forjados por los “conservadores y neoliberales”.

Seguramente Alfonso Ramírez Cuéllar, Alberto Anaya y Carlos Alberto Madrazo, dirigentes de los tres partidos que acompañan al gobierno de la 4t no repararon en que el 4 de julio el cielo de la Unión Americana se iluminará con juegos pirotécnicos de colores azul y rojo y que a nadie de los estadounidenses le estará importando el Covid-19 ni las manifestaciones que se organicen en México para apoyar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Menos preocupación habrá porque las expresiones de apoyo hacia el habitante de Palacio Nacional serán “virtuales” y las calles estarán solitarias.

La marcha de apoyo para el primer presidente mexicano nacido en Tabasco, surge como respuesta a la inexistente formación del Bloque Opositor Ampliado (BOA) y cuando el gobierno de Andrés Manuel López atraviesa por tres severas crisis: la sanitaria, la económica y la política.

En la primera ha sido señalado de no actuar en tiempo y forma y sus decisiones apresuradas han cobrado la vida de más de 21 mil personas además de otras 100 mil contagiadas y cuando menos 12 mil en riesgo de incrementar el número de defunciones.

En la segunda, la liga se estiró hasta romperse la relación con el sector privado, lo que produjo cierre de empresas, nula inversión y desempleo como jamás registró el país. El presidente se ha negado a dialogar con los empresarios e inversores bajo el argumento de agradarle el “modito” en el actuar de sus dirigentes.

Y en la tercera, violado la legislación electoral, enfrentó a los partidos de oposición, a los conservadores, a los neoliberales, sus adversarios, acusándolos de intentar golpear a su gobierno y de crear frentes para que en las elecciones de 2021 su partido, Morena, pierda la mayoría en la Cámara de Diputados y en la consulta para la revocación de mandato lograr que el pueblo no lo ratifique.

Especulaciones del Primer Mandatario que sostiene que el pueblo lo eligió y cuenta con el apoyo de los mexicanos y el día que lo pierda se irá a su casa.

LOS TEMORES POLÍTICOS

En medio de las tres crisis que abrazan al gobierno de López Obrador y que por momentos lo asfixian, el dirigente interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, convocó a los aliados del Presidente para formalizar la defensa política que convenza a la sociedad de los triunfos alcanzados en 19 meses de gobierno.

Se sumó a la crítica presidencial contra los opositores a los que busca desacreditar por llamar no solamente a los grupos políticos sino a la sociedad civil a condenar las acciones que han dejado sin empleo formal a más de millón y medio de personas y otro tanto que se desempeña en la informalidad.

Porque para Ramírez Cuéllar ser dirigente de Morena en medio de la crisis de credibilidad y los hechos de corrupción presuntamente cometidos por su antecesora, Yeidckol Polevnsky, el panorama no resulta halagüeño rumbo a 2021.

Está consciente de que más allá de los seguidores del Presidente y que se mantendrán leales hay inconformidades dentro del propio Movimiento fundado por AMLO y cuya vida oficial como partido ha sido de éxitos absolutos. Sabe también que muchos de los cuadros políticos están inconformes y que hay corrientes críticas que no aceptan todo lo que decide el Presidente.

Los temores políticos del Presidente contagian a sus admiradores que sienten cómo se derrumba el Movimiento y que el presente urge tomar medidas que frenen a los “ambiciosos del poder” que ya iniciaron las gestiones para crear los frentes que derroten a Morena en 2021 y despidan a López Obrador en el 2022.

La crisis sanitaria, en algún momento definida por el presidente como un evento que le “cayó como anillo al dedo” llevó de la mano a la economía hasta producir la crisis de la cuál pasarán cuando menos dos lustros para su recuperación y ello ha limitado sus acciones en los programas sociales a los que destina carretadas de dinero.

A diferencia del gobierno de Washington y de los países que conforman la Unión Europea que destinaron enormes sumas de recursos para impedir que la presencia del Covd-19 atrapara la economía cerrando caminos y sellando túneles, en México se canceló el apoyo a los empresarios de todos los tamaños y en lugar de proponer y llevar al cabo un programa anticíclico y se decidió perseguir a los evasores fiscales como medida para recuperar recursos ante la caída de la captación vía impuestos.

Hoy el Presidente necesita, y con urgencia, de todos los dineros que existan en fideicomisos, Afores, organismos constitucionales creados “para dar empleo a los amigos” y por ello recorta el 75 por ciento de los recursos aprobados para gastos operativos de todas las dependencias.

Los temores del Presidente se extienden hacia lo que pase en Estados Unidos en las elecciones de noviembre y contrario a la ortodoxia mantenida por los antecesores, estira la liga en la relación con Washington y voltea la mirada a Venezuela, Cuba, Irán, Rusia y Turquía entre otros. Los apoyos que podría recibir del vecino del norte se encuentran suspendidos y el acuerdo para fomentar el empleo y reducir la pobreza en Centroamérica no fluyeron jamás desde el Departamento de Estado.

Frente a lo real, que no es el pueblo feliz, feliz, feliz, Alfonso Ramírez Cuéllar obedece la orden y arma la marcha de apoyo, de lealtad, de defensa del Presidente justamente cuando en Estados Unidos celebran, ellos sí, su Independencia.

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