Por Gerardo Lavalle
Seguramente la esposa del presidente López también tiene la fuerza moral que la protege del contagio del Covid-19
Y también tiene los recursos económicos para romper el aislamiento y viajar al paradisíaco Cancún.
Lugar de playa para aquellos que conforman la clase de fifís, neoliberales y adversarios.
Probablemente habría pasado inadvertida pero un pasajero la identificó y la enfrentó e incluso la acusó de estar en contra de la libertad de expresión.
Le habló de Conapred y la señora apenas si respondía. Hizo bien. Una respuesta agresiva habría generado un conflicto.
La pregunta y del todo válida es: ¿qué le dice a los ciudadanos que perdieron el empleo, que siguen en aislamiento, que no tienen dinero ni siquiera para comer y usted viajando a Cancún?
Aunque fuera invitación, es una bofetada a los que no podemos salir ni siquiera a la esquina de la casa y no solamente por el temor del contagio sino por la ausencia de dinero.
Probablemente este reclamo haga recapacitar –duda permanente- al presidente López y entienda que no todo el pueblo es bueno y si hay oportunidad, habrá reclamos.