Por Nidia Marín
Semana de estreno. Se trata de un semáforo que quién sabe si funcione, pero supuestamente ayudará a los mexicanos a ir saliendo de la pena privativa de la libertad que nos impusimos desde hace casi dos meses, mismos que se cumplen el próximo viernes.
Sí, mientras los casos de Covid-19 aumentaban aceleradamente la semana pasada, las autoridades (no se sabe si fueron las de salud o las de Presidencia de la República) decidieron poner fin al programa de encierro que, se calcula, fue atendido sólo por unos 30 millones de mexicanos, de los 130 millones de habitantes que tiene México.
Extrañamente, informaron que, mitad y mitad, el país tendrá 16 entidades en rojo que significa peligro y 16 en naranja, es decir que van en caballo de hacienda. ¿Cómo hicieron para determinar las entidades? Dicen que pudo ser mediante un bolado o como vendettas en castigo para los gobernadores que presuntamente forman parte de la sierpe, aquel ofidio dado a conocer desde el zócalo por una imaginación calenturienta.
Lo que sí es cierto respecto del semáforo es la combinación estética de los colores. Como fuere, habrá entidades donde las industrias no podrán abrir ¿o sí?, ya que existe un acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación a mediados de mayo, que establece la estrategia para la reapertura de las actividades sociales, educativas y económicas.
En todo caso, para que puedan reabrir, deberán presentar protocolos de seguridad sanitaria, mismos que debieron entregarse en el periodo comprendido entre el 18 de mayo y primero de junio. Para ello, se supone que la Secretaría de Salud en coordinación con las secretarías de Economía, del Trabajo y Previsión Social, así como del Instituto Mexicano del Seguro Social debieron de publicar dichos lineamientos.
Respecto al mencionado acuerdo se advierte que, si bien el mismo es de buena voluntad, aunque de a fuerza porque si no se cumple se procederá a la clausura de las empresas o industrias que pongan en riesgo la salud de sus trabajadores.
En el caso de la industria automotriz y de autopartes dedicadas a la exportación, además de lo señalado deberán aplicar los protocolos que se requieran en los países de origen.
Ese acuerdo entró en vigor el día de su publicación en el Diario Oficial de la Federación (el 14 de mayo) y estará vigente hasta en tanto se declare terminada la emergencia sanitaria que la originó.
Y dicen que el color importa.
Si está en rojo, se permitirán únicamente las actividades económicas esenciales y también que las personas puedan salir a caminar alrededor de sus domicilios durante el día.
Si está en naranja, además de las mencionadas actividades económicas esenciales, se permitirá que las no esenciales trabajen con el 30% del personal para su funcionamiento, pero siempre tomando en cuenta las medidas de cuidado máximo para las personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave de Covid-19, se abrirán los espacios públicos, aunque con un aforo reducido.
Cuando la luz del semáforo cambie a amarillo, todas las actividades laborales estarán permitidas, los espacios públicos se abrirán en forma regular y los espacios públicos cerrados harán lo mismo, pero con aforo reducido.
Ahora que si el color es verde se permiten todas las actividades, aunque las medidas de higiene deben continuar, así como no estar amontonados y procurar siempre portar cubrebocas.
El asunto es que la propia Organización Mundial de la Salud ha advertido que México no debe cantar victoria todavía porque aún falta la etapa más difícil.
Para variar, los mensajes son confusos y contradictorios, porque las autoridades de salud exponen las medidas, pero el otro López sale con su domingo siete al señalar un decálogo para salir del coronavirus, algo que no tiene que ver con la ciencia, sino únicamente con algunas cuestiones espirituales y mucha loquera.
Por ejemplo, el paso número dos, es ser optimistas; otro es bajar de peso, vivir en calma y sin angustia No dijo nada de quienes padecen del corazón como él, pero sí habló de defender el derecho a gozar del cielo, el sol, el aire, de la flora, la fauna y la naturaleza, aunque no explicó si con Tren Maya o sin éste.
Otro punto es eliminar actitudes racistas, clasistas, sexistas y discriminatorias, aunque no dijo qué tienen que ver con el virus, a menos que haya distintos tipos de Covid, para blancos, para negros, para morenos, para rubios, para amarillos y demás.
El remate fue buscar la espiritualidad o la utopía.
El presidente es muy afecto a los decálogos, a sermonear las reglas que los demás deben seguir y que él no lleva a cabo.
Por ejemplo, otro decálogo se los dio a los gobernadores a mediados de diciembre pasado, para combatir la violencia y… usted ya lo sabe, hoy secuestran hasta a generales del Ejército Mexicano, por lo tanto fue una porquería.