El pasado sábado 30 de mayo resultó herido de bala el Obispo emérito de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquibel, producto de quedar en medio de un tiroteo, justo cuando se dirigía de Toluca, ciudad dónde radica actualmente a Chiltepec de dónde es su familia.
En un documento, narra cómo cada fin de semana viaja a su pueblo, pero en esta ocasión después del Volcán, pasando Cerro Gordo, antes de El Capulín, aparecieron unas personas en sentido contrario haciendo una persecución, “a los de una camioneta, quizá para asaltarlos o no sabemos para qué, pero tiraron balazos”.
Arizmendi Esquivel, detalló que «uno de esos balazos, como veníamos entre curvas, pegó en el parabrisas de mi coche frente a mí que iba de copiloto, lo perforó y parte de la bala se me incrustó en el cuello sin afectar cuerdas bucales y sin mayor sangrado, unos vidrios se incrustaron en mi mano derecha sin mayor profundidad y residuos de vidrio volaron por todas partes dentro del coche sobre mi familia”.
Arizmendi Esquivel cuenta que lo acompañaban Coca, Tita, Lupita y José Alberto, “quienes se llevaron un buen susto, solo mi hermana Coca recibió un pequeño golpe de una fracción de la bala en su pierna sin causarle una herida, solo un golpe, nos fuimos a Chiltepec donde un doctor me curó, me sacó la bala, suturó cuello y mano”.
“Milagrosamente ando bien dando gracias al señor y a la virgen, el domingo celebré a puertas cerradas en Chiltepec y este lunes regresamos a Toluca, me mandaron protección de la Secretaría de Gobierno, todos estamos expuestos a los diferentes virus”, concluye el comunicado.