Decisiones Ideológicas, Anacrónicas, Conservadoras y Retrogradas

Artículo Invitado

*Reconstruyendo Episodios de Hace Ochenta Años

*La Abrupta Ruptura de las Reglas del Juego

*Afecta a los Inversionistas y También Daña al País

*Hoy se Busca Regresar a un Esquema Ineficaz y Caro

*Bandazos que hoy van Desde lo Neoliberal al Estatismo

Por Alejandro Zapata Perogordo

Siguiendo la línea de desmantelar la reforma energética, bajo la premisa sostenida desde su campaña, el presidente López Obrador, a través de la titular Secretaria de Energía, Rocío Nahle, publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo sobre Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Servicio Eléctrico Nacional del CENACE, en el ánimo de retornar al viejo régimen de controlar desde el Estado todo lo concerniente a la electricidad.

No podemos afirmar que esa acción sea sorpresiva, el camino que ha recorrido para que PEMEX y CFE, como empresas paraestatales regresen a ser monopólicas, se encuentra muy arraigado en su forma de pensar, cree firmemente que es la manera adecuada para salvaguardar la soberanía energética del país, adoptando ideologías y reconstruyendo episodios de hace ochenta años, se encuentra anclado en la historia, sin advertir que las condiciones han cambiado sustancialmente y las ideas se han proyectado.

En ese sentido cobra vigencia la milenaria frase de Tzun Tzu: “Quien vive en el pasado no tiene presente, pero quien olvida su pasado carece de futuro”. Es evidente que la decisión obedeció a razones de carácter político, en tanto que desde el aspecto económico, las repercusiones al romper abruptamente las reglas del juego resultan una afectación, no únicamente para los inversionistas, sino que también se causa daño al país.

Los objetivos de la reforma energética, sin que el Estado abandonara su calidad de rector en el área, consistían en la modernización y mayor eficiencia de las paraestatales, que únicamente se podría obtener a través de la competencia; a la vez de propiciar energías renovables y de bajo costo, tendencia en la que a pasos lentos se iba caminando.

El giro impuesto por mandato presidencial, en ambas empresas, es regresar al esquema ineficaz de un monopolio de Estado burocrático, caro y costoso para todos los mexicanos, inclusive la propuesta de crear seis nuevas plantas para generación de electricidad por medio de gas y combustóleo, además de ser contaminantes, el costo de producción se eleva al doble del que representan las renovables.

Ahora bien, el dilema es aún mayor por las constantes contradicciones en la toma de decisiones que bandean desde lo neoliberal y luego se recorren al estatismo, creando un clima de indefinición e incertidumbre, que se ahonda por los acontecimientos que actualmente se padecen, máxime el nulo crecimiento del año pasado y las perspectivas negativas del presente.

Por otra parte, la incapacidad para propiciar un estado de bienestar es patente, las políticas implementadas para evitar el desempleo han fracasado, al igual que las estrategias en materia de seguridad pública, utilizando ahora a las fuerzas armadas para auxiliar en esas labores, de la corrupción mejor ni hablar.

Un hecho real y además lamentable, es la falta de visión con relación a la modernización del país en todos sentidos, la miopía política nos deja con menos libertades; menos oportunidades; más pobreza; más crimen y lo que se acumule, todo derivado de la imposición de políticas anacrónicas, conservadoras y retrogradas.

 

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