Por Jesús Michel Narváez
Sentir que es producto de le perfección y que el Covit-19 no es el mayor reto de su carrera política, pinta de cuerpo entero al presidente López Obrador.
Coloca en primer plano, como reto personal la lucha contra la corrupción y deja de preocuparse por las personas que se contagian del letal virus y mueren.
Presumir que está preparado para enfrentar la adversidad, porque lleva años lidiando cualquier desafío que se presenta, es una ofensa, una bofetada para todos aquellos que sin decirlo enfrentamos los desafíos y buscamos como vencerlos.
No, Presidente, usted no es el único que ha luchado para llegar hasta dónde está.
Todos y más ahora, vivimos en la incertidumbre de si podremos levantarnos de nueva cuenta cuando termine la crisis sanitaria y nos ataque la otra pandemia: la económica.
Calificar la pandemia como un reto más y que no representa la “gran prueba de su carrera política”, resulta otra bofetada.
Su obsesión de pasar a la historia “como el mejor Presidente de México”, imponiendo reglas por encima de la legalidad, lo lleva a sentirse el Mesías que llevará al país a la tierra prometida. (Espero que no se encuentre en Palquene).
Admite que su mayor reto es la corrupción, contra la que lucha. Sin embargo, volvió a la carga en contra de quienes están enojados..
Textualmente expresó: “El enojo que traen con nosotros es porque ya no pueden robar a sus anchas y a mí me pidió el pueblo que yo cuidara el presupuesto, que yo me convirtiera en un guardián de los dineros del pueblo y no voy a permitir que nadie se robe dinero del presupuesto”. (¿Alguien está en la cárcel por actos comprobados de corrupción?).
Zaz, córcholis, recórcholis.
Asumirse en el guardián de los dineros del pueblo lleva a la conclusión de que su pureza le permite disponer de los recursos públicos sin rendir cuenta a nadie. Porque la dispersión de dinero para sus programas estelares no los aprobó el pueblo y menos le dijo: gástate lo que quieras en lo que te parezca mejor.
Nadie sabe cómo se integraron los padrones de la dádiva y menos si la ausencia de los “intermediarios” ha permitido las entregas en tiempo y forma. Porque son miles de beneficiarios los que se quejan de no haber recibido los “apoyos”.
Pero el Presidente está preparado para enfrentar cualquier adversidad, aunque la misma lo ponga contra la pared como es el caso de la violencia y la inseguridad.
Y que se sepa no ha vencido la “peste de la política” como llama a la corrupción. Habla de ahorros cuantiosos pero tampoco se sabe en dónde están. Será por ello que es el guardián de los dineros del pueblo.
AMLO, la verdad, los mexicanos no te merecemos.
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