*Una Confrontación por Desavenencia Comercial
*El Catálogo de Odios que Enarbola el Gobernador
*Acciones en Contra de Propietarios de Medios
*La Foto de Ecuador que Apareció Como del IMSS
*¿Se Perseguirá a los Medios y También a los Políticos?
Por Rafael Navarro Barrón
Pareciera una serie de Netflix, con el agravante que se trata de un tema de la vida real. Debido al nivel escalado ya se le conoce como “la guerra”. En realidad, se conceptualiza perfectamente como una confrontación por una desavenencia comercial que se volvió política, debido a la intervención de actores que se oponen a las políticas públicas del gobernador del Estado de Chihuahua, Javier Corral Jurado.
Es, pues, la “guerra” entre la cadena de periódicos El Diario (Juárez, Chihuahua, Parral, Delicias y Nuevo Casas Grandes) que dirige el empresario Osvaldo Rodríguez Borunda y el gobierno que encabeza el panista Javier Corral Jurado.
La llamada guerra inició después de una serie de infructuosos negociaciones económicas, por el polémico tema de la ‘publicidad’ oficial, entre los representantes de El Diario y los enviados del gobierno del Estado, al arranque de la administración panista.
Corral Jurado fue parte activa del grupo de colaboradores de editoriales de la cadena, pilar importantísimo en su faceta de legislador y articulista.
El rompimiento del diálogo se dio en forma inmediata. El mensaje del gobernador, al conocer la cifra que pedía El Diario, fue inmediata. Se oponía a gastar “un dineral”, como él mismo dijo, en publicidad oficial.
Rechazaba la oferta del periódico más influyente del Estado de Chihuahua que, además, ofrecía una línea editorial noble en caso de llegar a un acuerdo.
“No voy a negociar con un extorsionador”, señaló el gobernador Corral Jurado en diálogos públicos y privados. La palabra ‘extorsionador’ la ha repetido una y otra vez, tanto él como algunos de sus funcionarios.
En una reunión con empresarios de Ciudad Juárez, los asistentes le sugirieron al gobernador panista, que por el bien del Estado, hiciera las paces con los medios informativos y, particularmente, con El Diario. Corral Jurado respondió categóricamente: “el asunto, ya no es económico…” y los dejó con ‘dos palmos de narices’.
La posición de Javier Corral en torno a los medios de comunicación chihuahuenses que estuvieron ligados a César Duarte, es más que obvia. La lista de ‘beneficiados’ en el gobierno pasado es un catálogo de odio que enarbola con un fervor, casi enfermizo, el gobernador del Estado.
A manera de broma, los cercanos a Corral dicen que guarda debajo de la almohada esa lista y cada noche la lee como si fuera un devocional de odio. La famosa lista de chayoteros mayores, en donde aparecen directores, ex directores de medios y hasta sacerdotes, es una muestra de la corrupción duartista, que el gobernador se niega a procesar legalmente, aunque ya la hizo pública a través del periódico Reforma.
Obra en su almacén de tempestades una serie de acciones que, conociendo el odio que lo acompaña desde hace muchos años, tarde a temprano se concretarán en persecuciones legales, como ya sucedió con los ex socios de César Duarte.
De hecho, ya ha emprendido algunas acciones mediáticas en contra de propietarios de medios de comunicación. Al arranque de su gobierno mandó un mensaje a la televisora de la familia Cabada, de donde surgió el actual alcalde de Ciudad Juárez, donde destacó una serie de juicios políticos, interpretativos, por cierto, por la política editorial del Canal 44.
La respuesta del Canal fue obvia, pues advirtió que la declaración del gobernador era una amenaza pública que debía de tomarse en cuenta pues procedía del gobernador del Estado, antiguo aliado de ese canal. La historia cuenta que, desde su infancia, ese desgarbado jovencito, adelantado a su edad, con buena oratoria y desinhibido para tomar el micrófono, hizo sus ‘pininos’ en la televisora de don Arnaldo Cabada y desde aquel aciago día, el hoy gobernante se sintió periodista.
Lo mismo ocurrió con el periódico digital ‘La Opción de Chihuahua’. Alusiones públicas, directas al propietario de ese medio, uno de lo más leídos e influyentes del Estado de Chihuahua, daban cuenta de las tempestades que el gobernador lleva en su interior, pues no se ha detenido a utilizar las redes sociales y medios con los que cuenta su gobierno para hacer frente a lo que él adjetiva como “infundios, mentiras, noticias con dolosas”, cuando se refiere a los que, con ‘fake news’ o con verdades, hablan mal de su gobierno.
El actual secretario del ayuntamiento de la ciudad de Chihuahua, César Jáuregui Moreno, confió a sus cercanos colaboradores que la clausura de una pantalla digital propiedad de La Opción, procedió porque el gobernador ordenó que así fuera. La pantalla volvió a trabajar luego de que el periódico digital ganó un amparo.
El último capítulo de la guerra con El Diario, fue la utilización de una fotografía tomada en Ecuador, en donde aparecían muertos por el Coronavirus tirados en el suelo de un hospital, embolsados en plástico negro. El rotativo utilizó la fotografía y le puso ‘marcas de agua’ aludiendo la ubicación como si fuera el Hospital Regional del IMSS número 66, donde se están confinando los enfermos de Covid-19.
El Diario explicó que un abogado juarense le hizo llegar las fotografías, lo que en teoría las dieron como válidas, sin hacer una verificación del lugar, algo que pocas veces ocurre en un periódico.
La reacción inmediata fue más que evidente. Un video empezó a circular en redes donde se desmentía a los Diarios del empresario Osvaldo Rodríguez Borunda. La obvia autoría era el gobierno del Estado.
Unas horas después, en el segundo piso de Palacio de Gobierno, en la ciudad de Chihuahua, el gobernador encendió las cámaras de palacio para editorializar la acción ‘perversa’ de El Diario, según sus propias conjeturas al publicar una foto de Ecuador.
El tema se viralizó en el Estado de Chihuahua. Infinidad de comentarios, casi todos en contra de los periódicos de la familia Rodríguez, empezaron a circular en las redes digitales. El tema se complementó con una extraña reacción que tuvo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero que primero hablo de una especie de extrañamiento y después de una especie de sanción por emitir noticias falsas.
Y más aún, el caso llegó al mismo presidente de la república, pues tanto el gobierno del Estado como el federal se sentían agraviados por la nota de El Diario con la foto de Ecuador, pues la información periodística señalaba que el gobierno estatal ocultaba información y el gobierno de López Obrador ocultaba los muertos del coronavirus.
Luego, el amoroso López Obrador, dijo que no habría persecución contra el periódico, después de senda exhibida.
En este linchamiento público solo queda una pregunta: ¿Se va a perseguir a los medios por notas falsas que se publiquen o salgan a la opinión pública por vía digital; o la persecución alcanza también a los políticos que diariamente -¡y con toda impunidad!- mienten al pueblo acerca de sus programas falaces?