Por Jesús Michel Narváez
Un llamado de los dirigentes de Morena, que no líderes, para que por el clima de polarización que se vive, se tomen acciones con altura de miras y que impere la cordura en algunos otros, fue lanzado ayer.
Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente interino del partido en el gobierno, los coordinadores parlamentarios en el Senado de la República y la Cámara de diputados, Ricardo Monreal Ávila y Mario Delgado Carrillo, difundieron una información en la que piden cordura pero apoyan al presidente de, déjeme decirlo así, de manera abyecta.
De acuerdo con el documento que círculo la mañana de ayer, los dirigentes morenistas cerraron filas, cómo no, en torno al presidente López Obrador y a las acciones que ha emprendido desde que apareció el cobit-19.
Sin desdeñar el llamado por supuesto a la unidad y que se atempera en los ánimos, hay que ser o tratar de ser objetivos en cuanto a la petición.
No han sido los sectores privado, social y la propia sociedad civil quienes han engendrado el encono que ha dividido a la nación.
Las descalificaciones han provenido desde el púlpito presidencial un día sí y al otro también.
Al presidente no le gustan las críticas, le gustan los aplausos y cuando no lo recibe siente que es un presidente incomprendido.
En el documento hay un tanto cuánto cursis frases pronunciadas por los dirigentes morenistas sobre todo esa de enfrentar la emergencia en un sentido de solidaridad y amor a México, dista de la realidad que se vive en el país, además de sostener que en el manejo de la pandemia se han llevado a cabo todas las acciones necesarias para proteger la vida de los mexicanos y brindar atención médica inmediata, también está alejada de la verdad verdadera.
Cuando subrayan que se hicieron los preparativos para enfrentar la epidemia, omitieron por supuesto, el cúmulo de carencias que registró el sector salud y que se ha ido subsanando con equipos que no protegen a los profesionales de la medicina.
Ojalá y en Palacio nacional se entienda qué significa actuar con altura de miras… pero ya sabemos que difícilmente desaparecerán las descalificaciones y los rechazos a las críticas por la lentitud con que se ha actuado en esta fatal epidemia.