No hay Tiempo Para Rescates, Mientras los Sectores se Pelean

Lascas Económicas

*Por Millones se Contarán los Damnificados, Podremos ser Nosotros

*Ni con la Entrada en Vigor del T-MEC Veremos Aguas Calmas a Futuro

Por Jaime Contreras Salcedo

¿Tenemos tiempo para perderlo en eso de atomizar más a la sociedad en estos tiempos de pandemia? ¿Vamos a cazar gachupines –opositores pues- mientras superamos, según estimaciones oficiales, los 30 mil casos de personas que son positivas en estos momentos al coronavirus, aunque ellos no lo sepan?

Son pertinentes las interrogantes porque cuando asistimos a un juego de vencidas entre el Poder Ejecutivo, con mayúsculas, y el poder fáctico llamado sector privado y unos quieren condonaciones, pero el arrendador de Palacio les manda decir que nanay, se pierde un tiempo efectivo e irrecuperable para encabezar juntos los esfuerzos en contra de la enfermedad Covid-19, que asuela con intensidad el territorio nacional y amaga con devastar miles y miles de familias en todo el país, como ya lo ha hecho en buena parte del mundo.

Ratifica Andrés Manuel López Obrador que, ni hablar, nada de Fobaproas por más que le supliquen e imploren los capitanes de empresa, y los otros van y le contestan que, si a esas vamos, lo mejor será no pagar impuestos para –insisten- tener la flama viva de las entidades en pie, y juntitos, los trabajadores. No vaiga a ser.

Lo cierto es que mientras esto pasa, la economía se sigue devastando y no pocas voces ya estiman que, al final del camino, el desplome de los indicadores macroeconómicos se ubicará, al final de la batalla (que no guerra), en menos 10 o menos once puntos porcentuales del PIB, o menos cuatro, si nos atenemos a las estimaciones oficiales, un tanto cuanto subestimadas.

Se están desgarrando las cadenas productivas, en los hechos. El desempleo admitido, cercano a las 350 mil plazas formales, según la Secretaría del Trabajo, está creciendo ahora exponencialmente y, dice el gobierno, es atribuible a las medianas y grandes empresas, mientras las mipymes se sostienen heroicamente a pesar del proceloso mar en donde estamos sobreviviendo todos. Aplauso, piden en gayola.

Lo cierto es que el empleo es solo uno de los elementos más visibles del problema que ya tenemos. Hay otros que no podemos soslayar y que ahí están, como el caso de la inflación que se nos viene y que, acorde con los que de esto saben, bien pudiera crecer en lo que resta del año para que veamos un saldo superior al 7 por ciento promedio anual. Y en 2021, vendría el mayor coletazo de los precios. Algunos consultores estiman un nivel cercano a dos dígitos. So es que alcanza a tapiar la puerta nacional ya horadada.

¿Y qué nos dicen de la sufrida y golpeada moneda nacional? En efecto, los consultores han dicho que al término del año que sufrimos veremos un tipo de cambio cercano a 30 unidades por dólar estadounidense, aunque no faltan los malosos que ya anticipan niveles hasta de 32, con oscilaciones muy severas en épocas navideñas, que de paz y tranquilidad no tendrán mucho que digamos.

En cuanto a las tasas de interés, qué le decimos: como habría de esperarse, veremos un crecimiento exponencial en los réditos de lo que adeudamos que, no lo queremos espantar, podría disparar los niveles de morosidad que, adelantan los propios banqueros, ya están mostrando signos de insuflado levantamiento en estos tiempos de nubarrones y oscuridades.

Sectores primarios, como el minero, el agropecuario, el de la producción de energía eléctrica, hidrocarburos, conexos y similares verán problemas sustantivos en todos los eslabones respectivos y habrá un alza más que importante en el precio de los insumos que, por mucho que se hable de la entrada en vigor del TMEC, no se verán atenuados, no mucho que digamos. Y en una de esas, con eso de que varias de esas cosas provendrán de suelo chino, como los tapabocas médicos, por darles un dato, hasta veremos sobreprecios del tamaño del cielo. Y en una de esas ni el cielo podrá detenerlos.

Hay otras cositas en la caja de cuerdas del clavicordio. Por ejemplo, la elevación a niveles casi inimaginables de la economía informal –y que no nos salgan con que sí funcionaría eso de “adopta una microempresa”, como piden los impolutos miembros del Consejo Coordinador Empresarial-, lo que se traduciría en que millones y millones se incorporarán a eso de vivir al día o al menos día.

A la par, veremos un ajuste alcista –otro eufemismo- en eso de la delincuencia común y de la organizada, con un severo descontrol social que no pararán ni la Constitución moral, las madres y sus chanclas, los escapularios o los dólares mágicos, ni por supuesto los fuchis, los guácalas, o las cacas que invoquen, en donde se invoquen.

Añádase a todo lo anterior, el pequeño problema de la falta absoluta de credibilidad en las instituciones, de cualquier tipo y en cualquier modo. La gente no creeremos en nada, o como dice la vieja conseja periodística: si te mientan la madre por teléfono, checa la fuente, puede ser una fake news. Es decir, creeremos lo que esté en redes, pero no al gobierno, a los empresarios, al ejército, la iglesia, ni siquiera a los narcotraficantes. El descrédito oficial será más que impresionante. Y eso lo atestiguaremos, sin duda. Si el Covid-19 no tiene otros datos, desde luego.

Así que, ¿tiene algo de favorable que nos lancemos a la triste historia de propugnar por peleas fútiles y fuegos fatuos en estos tiempos de pandemia? ¿Acaso alguien saldrá ganando de lo que pase o deje de pasar entre gobierno y empresarios? ¿Pagarán más impuestos los capitanes de empresas, los patrones pues, ante el reclamo presidencial? ¿El gobierno generará, al final del camino, programas para el rescate de empresas, aunque fueran solo las medianas y pequeñas? Todo parece indicar que no. Pero sí sabremos quién va a perder de todas, todas, al final de la batalla. Y usted también lo sabe. O al menos lo anticipa con puntualidad. Nosotros. Y entonces, sí, no habrá amor en los tiempos del cólera. Posteriores al coronavirus. Amanecerá y veremos.

Estas Lascas Económicas andan más que de malas porque, junto a otras piedras vecinales, se dan cuenta que poco o nada se hace para paliar el temporal que ya se vislumbra en el Mar de la Tranquilidad, del otro lado de la Luna. Y ya le esperan con mayor calma la semana entrante, pero en este espacio. Jacs95@hotmail.com.

 

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