El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, fue hospitalizado 10 días después de ser declarado como positivo de COVID-19, aunque las autoridades locales aseguran que este procedimiento sólo es una precaución para evitar complicaciones.
El primer ministro fue ingresado tras el consejo de su médico personal, pues le pareció que era lo mejor después de que el mandatario mantuviera síntomas de la enfermedad con poca mejora hasta el momento, informó la BBC.
Al ser ingresado, y en caso de que no pueda tomar decisiones sobre el futuro, quien se hará cargo de las decisiones en el país será Dominic Rabb, secretario de Relaciones Exteriores, quien ha presentado los últimos informes de gobierno respecto a la expansión de la enfermedad.
Se esperaba que el primer ministro se recuperara tras siete días con síntomas claros de la enfermedad y pudiera seguir con su trabajo, pero hasta este domingo seguía con altas temperaturas.
Desde la tarde de este sábado también existían preocupaciones por su respiración, que continuaba sin estabilizarse a pesar de que la enfermedad debía ser superada desde días antes, The Guardian informó.
Se espera que al ser internado se le puedan dar distintas atenciones y responda de mejor manera al tratamiento que le sea recetado. Hasta esta mañana las autoridades afirmaron que aún trabajaba y se comunicaba con su equipo.