*En los Bolsillos y Hechos, Millones no Podrán Enfrentar su día a día
*Irresponsable que se Usen Recursos Públicos en pro del Populismo
Por Jaime Contreras Salcedo
Cuando autoridades y voceros, muchos pagados y otros convencidos, insisten en ver a los críticos como preclaros y feroces agentes del infortunio, no tienen ni la más pálida idea ya no digamos de gobernar o tratar de seguir los lineamientos de un sistema, sino de algo mucho más elemental: visión, y, por ende, adolecen a luz vista eso que hoy solo se esboza y articula en la retórica populista: solidaridad.
Porque, a ver, se gritonea que las terribles, voraces y negativas empresas ligadas a capitales foráneos han puesto a sus empleados en su casa, pero sin salarios, durante un mes, pero realmente muy poco se señala en torno a los tres a 10 asalariados, muchos de ellos informales, miles y miles, que se quedarán sin ingreso cuando no haya clientes que les compren en fondas, tianguis, bares, centros nocturnos, gimnasios, vapores, ferreterías, peluquerías o escuelas privadas, por darles unos ejemplos.
¿O es que acaso usted ha visto alguna suerte de solidaridad, por dar otro ejemplo, en lo tocante a la mayoría de los ancianos que no nada más ayudan a empacar su mercancía en los centros comerciales, cerillos, sino a esos miles –sino es que millones- que los vemos solos, abandonados, enfermos y, lo peor, pobres, en centrales de camiones, en los paraderos de taxis o colectivos, en los mercados en los hospitales públicos o a la entrada de las carreteras de peaje?
¿Acaso la #4T tiene pálida idea de que existen estas personas que, nuevamente, se les está invocando únicamente como parte del estúpido y falaz discurso de que “han dado su vida por México” o bien “se están muriendo en la soledad de un hospital”? No, amig@s, simplemente no existen en este momento. Ni siquiera son parte de una estadística para darles alguna dádiva del gobierno (o sea, con nuestro dinero), aunque luego nos salgan con que tienen, al menos, 400 mil millones de pesos para “enfrentar la contingencia” y claro, “apoyar a los sectores más vulnerables”.
Pensemos un poco en otro segmento de la población: ¿cuántos comerciantes micro, por ejemplo, van a considerar en ir corriendo a adquirir un espléndido crédito de 10 mil pesototes, cuando, en el centro de la crisis que todavía no vivimos, lo que querrán es tratar de vender quesadillas, refrescos, charritos o cigarros en las esquinas, acaso flores o limpiar parabrisas en las esquinas? No es serio ni responsable, titulares de los distintos niveles de gobierno, tratar de paliar la crisis usando recursos públicos (nuestros, insistimos) con fines estrictamente político electorales. No por el hecho de que esto no sea la primera vez que ocurra en nuestra historia, significa que las huestes de la #Cuatroté tengan que aplicarlas.
Pues, ¿Qué nada aprendemos ni podemos modificar, o nos apegaremos a lo que diga El Príncipe, o creemos interpretarle?
Cuando se dice, pomposamente, que para “apoyar de fondo” a los viejejitos, madres solteras, estudiantes con discapacidad, con c carencias abismales, indígenas y otros grupos, dándoles “cuatro meses” de apoyo y al efecto se les canalizará 42 mil millones de pesos, en los hechos lo que se está diciendo es que con ese dinero van a vivir en estos tiempos de pandemia todos estas personas y, en una de esas, hasta les sobrará para pagar el teléfono y la luz. Aunque se les advierte, nada de alcohol y cigarro, no señor. #Posestos.
Simple y llanamente, decimos, no habrá dinero que alcance pues según las clases elementales de economía en todo gobierno los recursos son finitos y las necesidades infinitas. Así que tratar de disuadir a la gente de que no hay crisis entregándoles 100 pesos, o cualquier cifra, no resolverá su realidad, una en la que el país pudiera terminar 2020 con una baja ya más bien cercana a 5 por ciento, estiman expertos.
Los consultores globales han señalado que la baja global pegará con mayor acento a las naciones emergentes y en demarcaciones como la mexicana el golpe será mucho mayor, particularmente por el 60 por ciento de la economía que se encuentra en manos informales. Y en donde algunos ya predicen que, al final de este ejercicio, el porcentaje pudiera subir hasta el 65 por ciento, por mucho que la autoridad hacendaria apriete las tuercas y trate de cobrarle hasta las piedras, para encarar el desplome de los recursos en las finanzas públicas.
Dicen que el coronavirus es demócrata y le pegará lo mismo a pobres que a ricos, a mujeres que hombres, a inteligentes e ignorantes, abogados, arquitectos, el payasito de la esquina o el filósofo más circunspecto. Falso.
El Covid-19 erosionará más, nuevamente como toda crisis, a los más jodidos, extinguirá con mayor fuerza a la de por sí agónica clase media, bajará los ingresos de los ricos pero no les quitará el sueño y erosionará de raíz a una sociedad como la nuestra que no encuentra rumbo ni liderazgo en estos tiempos de cólera.
Y de mucha, artera, profunda y consistente, cólera.
¿En dónde está la solución? No sabemos a ciencia cierta. Lo que sí entendemos es que no está en el populismo, en el maniqueo mensaje de los buenos contra los malos, de los neoliberales contra los progresistas, o los conservadores contra los “luchadores sociales”.
Tampoco en la manipulación de los que toman decisiones, de cualquier facción o bandera. Se asumen responsabilidades, acciones concretas y se adoptan medidas concretas y pertinentes, o el payaso nos llevará más rápido que pronto. Y no querrán saber los resultados de este levantón.
El saldo después de la batalla será de severas bajas y tardará muchos años en que de este golpe no podremos levantarnos, como diría José Alfredo. Ya les platicaremos.
Por lo pronto, estas Lascas Económicas sufren junto a otras piedras en el hígado de varios organismos porque no logran generar conciencia central de lo que está ocurriendo, pero sí padecen las consecuencias. Y el túnel no tiene salida. No hasta el momento. Y le esperan con toda calma, pero la semana entrante, en este espacio. Jacs95@hotmail.com.
