*No es una Respuesta Pretender la Contención del Problema
*Pemex, el Gobierno, Empresas y la Población, Entre los Damnificados
Por Jaime Contreras Salcedo
Ya no hay diques retóricos para intentar parar el tsunami que se anuncia: tanto el desplome de los precios internacionales del petróleo y la declaratoria de pandemia en el caso del coronavirus, hará que el Producto Interno Bruto global se desplome, al menos, entre 2 y 3 puntos porcentuales, lo que acarreará que la mayoría de los países del orbe registre saldos negativos al final del 2020 y que naciones como la nuestra, donde se piensa que las defensas se solidifican a punta de lengua o de la política de la avestruz –no lo veo, no existe-, realmente sufrirán por una cosa muy simple: la realidad.
Los mercados ya tomaron posiciones de resguardo y, como dicen en el argot financiero, vuelan hacia posiciones seguras donde se esconderán mientras el súper vendaval toma posesión a sus anchas, devasta todo lo devastable y, eventualmente, tome las de Villadiego para retornar vencedor tiempo después. No lo dude.
El problema no será necesariamente ver qué hacen los grandes capitales o sus dueños ni cómo vendrá el futuro de las acciones corporativas, sino que padeceremos una multiplicidad esos que en el discurso se les apela solo para efectos electorales: los pobres pues. Los olvidados de siempre. Desdeñados y manipulables al mayoreo. Electores que dieron su voto sin mayor razonamiento argumentando que las otras sopas estaban peores, soslayando, incluso, el claro tufillo de ignorancia y terquedad que exultaba el que ahora nos dicen manda y no es florero desde los corrillos de Palacio.
Por lo pronto, todo indica que, por ejemplo, derivado de la caída de los petroprecios habrá mucho menos ingresos públicos (calculados en varios ceros), en un marco de finanzas públicas no estrechas, lo que le sigue, y sin posibilidad de alternativas recaudatorias de consideración. Para que nos vayamos ubicando.
Y ya sabe usted, todo mundo en el ámbito del análisis económico, nacional y foráneo, nos está dedicando música de réquiem porque, juzgan, será más que imposible alcanzar ya no digamos el pináculo del dos por ciento que la #4T pone como casi el paraíso para este 2020 sino ni siquiera el humilde uno por ciento que algunos analistas, como los del Banco de México, andan todavía por ahí diciendo. Y ya sabe usted el apotegma claro y contundente sobre el particular: menor crecimiento, menores ingresos.
Los que piensan, ilusamente, que Petróleos Mexicanos saldrá de su féretro y, como Frankenstein, el compadre del inquilino palaciego, hará que todo pase y todo quede para que la empresa petrolera del Estado salve a la patria y a sus hijos, los 130 millones que el INEGI anda censando por ahí. Pues están más que equivocados.
Todo lo contrario, la baja sensible (es un eufemismo) en los precios internacionales del petróleo –que ya tenían a la mezcla mexicana debajo de 25 dólares por barril hasta el fin de semana pasado, es decir, casi la mitad menos de lo que aprobó el Congreso para este ejercicio- nos va a pegar mucho en forma directa y lateralmente, pese a que el titular hacendario insista en que los seguros contratados para que los ingresos petroleros no disminuyan nos debe tener con la sonrisa de oreja a oreja: pobres de los pobres que no tuvieron lana (en tiempos de Peña Nieto por cierto) para asegurar el crudo. Pobres.
Entre esas broncas colaterales, vale la pena recordar, se encuentra una aceleramiento al ya de por sí deteriorado balance financiero de Pemex, y que, por lo mismo, las calificadoras hagan realidad el arribo del lobo y decidan que, ni hablar, es hora de quitarnos el grado de inversión y, de pura pasadita, la de todo el gobierno federal, sus empresas y bancos, sin soslayar las entidades financieras y patronales de corte privado. Cosas que suelen ocurrir en esto de lo que conocemos como mercados. Ni modo.
Y como se apretarán más las finanzas públicas, aunque ahorita nos traten de vender lo contrario, al señor Arturo Herrera, que nos aseguran cobra como responsable de las finanzas públicas domésticas, no le quedará otra más que apechugar y entrarle a un recorte al ya retraído y subestimado presupuesto de egresos de la Federación.
Ya nos dicen, eso sí, los que de esto saben que el titular hacendario se irá parejito, así es esto del neoliberalismo, y lo mismo seguirá rasurando programas en el ámbito educativo, de migración, trabajo o salud (aunque usted no lo crea a estas alturas del coronavirus), sino que también se irá por la reducción de estrategias de seguridad, Gobernación y Función Pública. Usted lo verá.
Bueno, hasta a los de casa morderá la perra, porque veremos que en el caso de Petróleos Mexicanos se detendrán esos proyectos de exploración y explotación en nuevos campos y refinerías, porque el agrónomo Oropeza ni la señora Nahle podrán defender lo indefendible. De ninguna manera se aceptará, eso sí, que sean programas inviables. No vaiga a ser.
Y, para acabarla de amolar, seguirán con el expediente de recortar la nómina oficial, subrayar que sobran algunas entidades (como las de la banca pública) y hasta el gran amigo del tabasqueño, nos referimos al titular de la Secretaría de Agricultura, deberá tranquilizar sus ansias de torero y apechugar tijeretazos a los negocios, perdón, los programas que tiene para beneficiar a sus amigos, perdón otra vez, a los campesinos más vulnerables, es decir, los que provienen del pueblo bueno y sabio.
Para decirlo de otra manera, si se pretende evadir la terca realidad, ésta acabará comiéndonos en menos de lo que se piensa, y ya no anden chillando después si el mundo se les llega a caer, en medio no de hojas, sino de terribles arbolones que ya querrían los talamontes malos de esta película.
Por lo pronto, estas Lascas Económicas van a considerar seriamente la toma de decisiones específicas por aquello de espectáculos masivos, digamos el futbol, para verlo desde casa, junto a otras piedras romas y desinfectadas previamente. No vaiga a ser. Y por estos lares le espera con toda calma, si, pero la semana entrante. Jacs95@hotmail.com.