*Desde Febrero Está Llegando la Advertencia
*Entre el Cemento y las Grandes Edificaciones
*Sugerencias Para los Gobernantes de la Capital
*Urgente una Mayor Reforestación en la Gran Ciudad
Por Nidia Marín
Y ahora sí vamos a saber en la Ciudad de México lo que es amar a Dios en tierra ajena. La primavera se anuncia candente y no estamos hablando de la inseguridad que está castigando a propios y extraños a todas las clases sociales (si es que aun queda parte de la clase media), sino del cambio climático que nos atosiga y nos enferma.
En ese contexto se ubican las islas de calor urbano, aquellas zonas en las cuales predomina el cemento y las grandes edificaciones, los sitios que según los expertos es donde en abril y mayo (este año desde febrero nos estamos sofocando) los meses más calurosos del año en la capital del país, en dichos lugares habrá temperaturas sofocantes.
Nuestra urbe cuenta con decenas de estas islas distribuidas en diversas alcaldías, prácticamente a estas alturas del siglo XXI ni las periféricas se salvan, lo cual depende de cómo sean tratadas, porque la periferia y las zonas rural-urbanas tienen efectos directos e indirectos en la contaminación de la ciudad. Por una parte, pueden ser fuente de contaminación (industrial o agrícola) y por otra pueden actuar como un efectivo mecanismo de purificación del aire, por efecto de la vegetación.
De ahí que, como sugerencia al gobierno de Claudia Sheinbaum, establezcan como estrategias, entre otras:
*Promoción del uso de energías renovables
*Hacer cumplir el marco normativo en materia de uso de suelo y ordenamiento territorial para evitar la pérdida de la cubierta forestal
*Continuar con la reducción de las emisiones de Gases Efecto Invernadero con el programa Hoy no Circula.
*Evaluar las emisiones de los vehículos, sin corrupción
*Fomentar el transporte limpio (Vehículos híbridos y eléctricos).
*Promover el uso de transporte compartido.
*Desarrollar fuentes alternativas de energía para reducir el consumo de energía.
*Una reforestación más activa en las zonas boscosas de la periferia y castigos severos para los taladores e invasores de predios.
Ello porque, en general, las zonas, barrios y llamados “cordones” industriales suelen instalarse en la periferia de las ciudades, para no afectar a las comunidades, pero como advierten: en las épocas de calma de los vientos planetarios esta situación puede tornarse adversa a la intención del planificador, ya que el aire descendente llegará a la zona industrial, donde no sólo no se “purificará”, sino que adquirirá nuevos contaminantes que serán llevados hacia la isla de calor urbano inicial.
En México, explican, la mayor parte de la ciudad está aislada de los bosques que la rodean y prácticamente la mitad de su superficie está cubierta de asfalto o concreto de sus calles y construcciones; esto desarrolla islas de calor que alteran el clima local y los árboles representan la mejor alternativa para reducir el impacto de las variaciones térmicas refrescando el ambiente y transpirando vapor de agua.
Y para darse una idea de dónde vivimos,
Se han identificado diferentes expresiones a nivel climático y microclimático. Por ejemplo, la temperatura del aire aumenta de la periferia hacia el centro de la ciudad, generando las llamadas “islas de calor”, que en este caso abarca parte del aeropuerto.
En la estación seca y en noches despejadas con viento en calma, se han observado diferencias térmicas hasta de 4 y 5 grados centígrados.
Lo más grave es que no sólo en la capital mexicana, sino en el país el avance de la manchas urbanas y el cambio en el uso del suelo se han convertido en mapas de asfalto, que producen drásticos cambios ecológicos en la República como el incremento de tolvaneras, el decrecimiento de la humedad del aire, los bárbaros aumentos de temperatura, las prolongadas sequías, las acentuadas heladas, los flujos de corrientes de calor desconocidos o “Islas de calor”, las turbulencias de los vientos, la reducción de visibilidad y demás.
Y ante tal problemática sobreviene la reflexión sobre la responsabilidad que tenemos gobernantes, empresarios y todos los habitantes de las ciudades en este caso de la capital del país.