La justicia británica inició el análisis de la solicitud de extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange, hecha por Estados Unidos, donde es reclamado por haber publicado cientos de miles de documentos clasificados. En una sala atestada en el tribunal de Woolwich (sureste de la capital inglesa), llena de periodistas y de simpatizantes, Assange, de 48 años, apareció con semblante tranquilo y atento, vestido con una chaqueta, un suéter gris oscuro y camisa blanca. Tomó la palabra para confirmar su identidad. Considerado como un paladín de la libertad de expresión por decenas de seguidores, podría ser condenado hasta a 175 años de prisión en EU, donde está acusado de pirateo informático y espionaje. Detenido en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, adyacente a la corte, el australiano tendrá que comparecer toda la semana antes de que se aplace la audiencia al 18 de mayo, cuando se retomará por tres semanas. Afuera de las instalaciones, seguidores del líder de Wikileaks realizan una protesta en contra de su extradición. En varias ciudades alrededor del mundo también hay manifestaciones. (Afp)
Fitzgerald dijo que la solicitud de extradición fue motivada por un tema político y no por crímenes genuinos. Afirmó que sería injusto y opresivo extraditarlo por su estado mental y el riesgo de un suicidio. Aseguró que la actitud de Estados Unidos hacia Assange había cambiado cuando Donald Trump asumió la presidencia y que el mandatario quería dar un ejemplo con su cliente.
Fitzgerald comentó que en 2013 el Gobierno de Estados Unidos bajo el expresidente Barack Obama había decidido que Assange no debería enfrentar ninguna acción. Pero que en 2017, después de la elección de Trump a finales del año previo, se presentó una acusación contra Assange. ¿Por qué el cambio? «La respuesta es que el presidente Trump llegó al poder con un nuevo enfoque de la libertad de expresión y una nueva hostilidad hacia la prensa que equivale efectivamente a declarar la guerra a los periodistas de investigación», según Fitzgerald.
La acusación fue presentada «no sobre la base de nuevas revelaciones, sino porque se había vuelto políticamente conveniente y deseable», dijo Fitzgerald.