Momento de Hacer un Balance de lo Ganado y de lo Perdido

Tema Principal

*Los Planteamientos de la Coparmex y la Concamin

*Una Alerta Inadvertida, la Vigencia del Acuerdo

*Clave: Lograr una Articulación Entre Gobierno y Empresas

*Retos: Laborales y de Respuesta a Violaciones de Derechos

*En lo Automotriz: Hacer Frente a las Nuevas Reglas

Por Joel Armendáriz

Con la ratificación del T-MEC “regresa el Estado de Derecho” y nace una nueva era para el sector empresarial mexicano “que tendrá que buscar cómo globalizarse en breve” y entrar en la competencia mundial.

¿Por qué retorna el Estado de Derecho?… “Porque todos los acuerdos internacionales están protegidos por la Constitución” y debido a una serie de “cláusulas, alertas y advertencias en diversas materias”, confirma la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en voz de su delegado para Asuntos Internacionales, Juan Rodrigo Moreno.

Pero el nuevo acuerdo no representa miel sobre hojuelas, sino retos que podrían convertirse en oportunidades, plantea por su parte uno de los capitanes del navío denominado Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), el presidente de la Comisión de Comercio Exterior, Eugenio Salinas Morales.

La Patronal, explica que “hay retos enormes porque el Tratado anterior ha sido el instrumento de política pública más importante para dinamizar la economía y este nuevo acuerdo presenta retos importantes y es justo el momento de hacer un balance objetivo de cómo nos fue, que ganamos, que perdimos y cuáles son los retos a seguir”.

Salinas González rememora la incertidumbre que vivió el país, el Gobierno, el sector privado, los mexicanos en su conjunto. “Definitivamente que, en cada uno de estos pasos, porque como todos sabemos no fue solamente la negociación original, nos hemos encontrado durante los últimos tres años todos estos embates, algunos originados en la campaña del presidente Trump, culminados en su toma de posesión y lo que ahora estamos viendo es el resultado de un gran esfuerzo, en virtud de los procesos que existen en los Estados Unidos, que es una aprobación por su Congreso, que era indispensable.

“Y ahora sabiendo que en México se ratificó ampliamente, eso va a llevarnos a tener mucho mayor certidumbre a que podamos avanzar”, precisó.

Una alerta que ha pasado inadvertida o por lo menos poco se habla del tema es la vigencia del nuevo acuerdo. Y de esto reflexiona Juan Rodrigo Moreno.

“Ahora sí hay reglas claras, es un Tratado que tenía que modernizarse, había temas como el comercio digital que necesariamente teníamos que actualizar, pero también presenta retos importantes, es aquí donde tendremos que lograr la mejor articulación posible, entre gobierno y empresas para hacer frente a estos retos.

“Desde luego ganamos en mantener el libre comercio, en dar certidumbre a la inversión con todo el escenario económico que se presentaba, la defensa de sectores críticos como la energía, que necesitaban ya un marco regulatorio internacional, esta modernización necesaria en que se está llevando el comercio a nivel mundial y todos hemos mencionado que hay algunos temas donde enfrentaremos retos críticos, como la parte laboral, como los mecanismos de respuesta rápida a violaciones posibles de derechos laborales.

“El gran tema fue el automotriz con la reconfiguración de las reglas de origen, lo cual representa para las empresas un reto importantísimo para lograr migrar las cadenas y hacer frente a las nuevas reglas de origen; hay una agenda condicionada. Recordemos que es un Tratado se va a estar revisando, no hay una vigencia indefinida, entonces es momento de hacer un plan estratégico, y grandes retos que enfrentamos los empresarios, para cumplir con estas nuevas normatividades como el cuidado al medio ambiente, seguridad industrial, los temas laborales, etcétera”.

MODERNIZACIÓN, RETO INMEDIATO

Eugenio Salinas Morales establece que el reto más inmediato por cumplir es el de la modernización en todos los ámbitos que conforma el T-MEC.

“Ahora en los teléfonos de celulares, hablamos de cuarta generación, quinta ya, en el sentido de que no todo es reducción de aranceles en la cuestión comercial, sino que involucramos temas más importantes como es el comercio electrónico, los servicios, los servicios transfronterizos, las disciplinas para todas las empresas públicas, que hacen transacciones comerciales, no se diga lo de propiedad intelectual, en fín le vemos una gran oportunidad a sectores como el automotriz.

“Porque esa regla de origen tan llevada y traída en estos dos o tres años, ahora la estamos viendo no solo como un reto sino como una oportunidad por todo lo que puede moverse de proveeduría para la industria para la región y lo mismo lo que sucedió con algunas reglas de origen con productos eléctricos, o para los productos de acero y aluminio, y aparte teneos una flexibilización de las reglas en el caso de lo químico y de textiles que podrán integrar materias primas de fuera de la región y que nos harán más competitivos y tener más oportunidades de exportación”.

De ahí, sostiene, la urgencia de modernizarnos para estar a la par de nuestros socios comerciales y no relegarnos por falta de tecnología, automatización, calidad y servicios.

Juan Rodrigo Moreno camina por la misma vía y subraya lo urgente que es la modernización:

“Definitivo, si entramos en una zona de confort en donde vemos que continúan las mismas reglas del juego, esto puede originar un riesgo, es un Tratado que ya trae acciones mucho más vinculantes y que nos obliga también al sector privado a entrar en una nueva dinámica de comercio, y la integración de cadenas están vinculadas al tema de tecnología, los modelos de triple hélice, en fin, toda esa parte en donde tendremos que habilitar programas de innovación, específicos en las empresas, renovar el tema de la cultura de las alianzas estratégicas, en algunos sectores no hemos podido lograr las sinergias que se requieren para competir a nivel global.

“Es un gran paso para la integración de América del Norte, es un Tratado de Vanguardia Moderno, pero a la vez centra retos muy importantes para los cuales habremos de hacer la tarea a fondo, si nos confiamos podremos estar viendo un balance negativo en un mediano plazo”.

¿Qué pasa con las reglas claras que han exigido todos los industriales, todos los comerciantes, todos los patrones para que la inversión efectivamente arribe y la certidumbre para la inversión?

Desde la óptica de la Concamin hay candados que propiciarán la certidumbre.

“Que no se nos olvide que un Tratado de esta naturaleza tiene nivel constitucional. Eso manda una señal a los mercados, a los inversionistas de que México va en serio, de que no se puede estar el vaivén, ya sea de una administración o de un funcionario, que por alguna razón quisiera cambiar las reglas del juego; se manda esta señal para que muchos de los proyectos que sabemos que están detenidos, ahora puedan ser ejecutados.

“En el tema comercial está muy vinculado con lo de inversión, para efectos prácticos eso es lo que queremos, una inversión que luego genere empleos, está confirmado que todos los empleos vinculados con el comercio exterior o sea las exportaciones son mejor pagados En  eso es en lo que yo énfasis y de ahí lo delicado de las negociaciones, de ahí lo delicado de la intervención una vez que el presidente López Obrador involucró a su subsecretario Seade a Romo y ahora tenemos esa cantidad de seguridad que se provoca y se da porque el Tratado tiene el nivel Constitucional”.

Estima que ahora hay confianza y que muchas de las decisiones que están en el tintero, puedan ejecutarse, por otro lado la modernización en algunos de los sectores incluyendo el automotriz, va a permitir nuevos proyectos, que sean viables y en torno a lo laboral, en ningún lugar del Tratado, hay una determinación como se decía de que se paguen determinados salarios mínimos, ni una disposición que diga ese salario se debe de pagar, han sido todas políticas internas, de la agenda interna de México, para una recuperación muy merecida, de los salarios en base a su productividad y eso debe de beneficiar a todas esas cadenas de producción donde estamos muy integrados con los estadounidenses, no solo la automotriz.

¿Existe deseo, hay capacidad, hay recurso de la industria mexicana para aceptar este reto y sacarlo adelante?

“Si está el pleno convencimiento de que se presenta una nueva etapa, también aquí hacer un exhorto al Gobierno porque habremos de retomar programas específicos de apoyo a la empresa, esta es una medida desde luego de la cual asumimos la responsabilidad:

“El sector empresarial en lo que concierne a invertir, a adoptar estos nuevos modelos, a desarrollar tecnología, a pensar de forma global, pero esto debe ir acompañado de programas específicos, de Secretarias especializadas con programas, con recursos que puedan facilitar y que verdaderamente podamos aprovechar este nuevo marco, porque de nada sirve tener estas reglas y estos retos tan importantes que se presentan, si no se hace un plan estratégico perfectamente articulado y hay un convencimiento pleno entre Gobierno y sector privado sobre el nuevo modelo económico que se presenta”.

¿Le toca a México hacer la tarea, no por el Tratado sino en función del Tratado para que nuestro comercio sea global y no un parchecito en la globalidad?

“Totalmente. Sabemos y reconocemos que en  materias como la laboral teníamos que hacer una tarea, por eso Coparmex ha estado impulsando el tema del salario desde hace mucho tiempo; viene una nueva etapa en donde pensamos que si hay un futuro, que puede ser muy promisorio si entramos en esta nueva dinámica, pero ya no es una carta de compromiso de buenas intenciones, ya hay exigencias muy precias, una nueva reconfiguración de reglas de origen, un Tratado que está condicionado a vigencias, nuevos estándares de competitividad global, entonces nos corresponde hacer la tarea, a todos los niveles”.

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