Cruel Destino de la Infancia en México: ser Policía Comunitario o Sicario

*No Tardará el Reclamo de la ONU Ante el Anuncio

*Guerrero Cumple 25 Años de Contar con Autodefensas

*La Eterna Rivalidad Entre “Los Ardillos” y “Los Rojos”

Por Iván Ruiz Flores

¡Qué destino tan cruel para los niños de Guerrero! Empuñar armas desde los seis años y toda su niñez y adolescencia para defender o defenderse de los grupos delincuenciales o convertirse en sicarios.

No tardará el reclamo de la Unicef vía la ONU, institución que desde hace tiempo dijo:

“Hace más de veinte años que el mundo se unió para condenar y movilizarse contra el empleo de niños en los conflictos armados. Desde entonces, se ha liberado a miles de ellos gracias a los planes de acción dispuestos por el Consejo de Seguridad de la ONU y a otras acciones cuyo objetivo es acabar y evitar el reclutamiento y utilización de niños por fuerzas y grupos armados. Sin embargo, todavía existen importantes retos para proteger a los niños frente a estos conflictos”.

Hay que recalcar que señaló:

“Cerca de 250 millones de niños viven en países o zonas afectadas por los conflictos armados…”

También hacer hincapié en que México tiene amplias zonas conflictivas por la acción de la delincuencia y la inseguridad.

Ante el fracaso de las políticas contra el crimen organizado, tanto federales como locales, hoy surgen los grupos infantiles armados que se anexarán a las policías comunitarias de Guerrero (o según dijo el Presidente López Obrador a los grupos de sicarios).

Pareciera pues, que tampoco aceptan ayuda, ya que apenas en junio del año pasado sus dirigentes advirtieron:

“Si irrumpen en territorio comunitario habrá consecuencias, por eso pedimos respeto al territorio, y si no respetan definiremos las acciones a realizar. No aceptamos la entrada de más militares, la historia en Guerrero siempre ha asociado a la milicia con aberrantes violaciones a derechos humanos”, dijeron entonces.

Pero hoy exhiben a sus niños armados, después de la masacre en la que murieron 10 indígenas, varios de ellos integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF).

Antia Mendoza Bautista, escribió en la revista Nexos en junio de 2018 un artículo en el cual advierte las diferencias de esas policías con las surgidas posteriormente.

Explica:

“En 1995 cuando la Policía Comunitaria de Guerrero materializó la demanda de las comunidades Na´ Savi, Me’Phaa y Nahuas, se reportó un incremento significativo de delitos que atentaban contra sus formas de vida, de subsistencia, y su integridad. Aun cuando denunciaban los delitos cometidos, sus casos eran omitidos consistentemente por las autoridades competentes, es decir, por las policías preventivas, por las agencias del Ministerio Público estatal y por la policía de investigación. Por ello, aunque en su etapa inicial la PC concibió implementar únicamente funciones de seguridad subsidiaria o colaborativa con las Agencias del Ministerio Público del estado, la demanda insatisfecha de justicia generó la necesidad de integrar también un sistema de justicia comunitaria”.

Ahí empezaron, pero en 2014 resurgieron. De cierta manera pues, la policía comunitaria de Guerrero en este 2020 cumple 25 años, mientras que otras en diversos estados de la República, en algunos casos persisten y en otros desaparecieron. Sin embargo, aun operan en seis entidades. Además de la mencionada, están en Michoacán, Veracruz, Morelos, Tamaulipas y Tabasco.

Es Guerrero la entidad que aglutina a la mayoría de grupos. Suman, presuntamente 23 grupos y los más activos hoy son los ubicados en la zona de Chilapa, donde opera las bandas criminales de “Los Ardillos” (fundado por Celso Ortega Rosas, alias “La Ardilla” y heredado a su muerte a sus hijos Iván, Antonio. Jorge y Celso).

El otro grupo criminal es el de “Los Rojos”, confrontado con el anterior, ya que ambos se dedican a la producción y venta de drogas, además de otros delitos. Esta agrupación emanó del cártel de los Beltrán Leyva y fue integrada por Jesús Nava Romero, alias “El Rojo”, quien fue muerto en un enfrentamiento con los marinos en Morelos. Posteriormente fue liderada por Santiago Mazari alias “El Carrete” detenido a mediados del año pasado. Hoy los comanda Zenén Nava Sánchez, alias “El Chaparro”.

Con la llegada de los niños-comunitarios o niños-sicarios seguramente los grupos delincuenciales están temblando de miedo. ¿Cuántos morirán?

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