El saldo de muertos por la epidemia de un nuevo coronavirus en China se elevó el viernes a 258, y numerosos países extreman sus medidas de precaución, protegen sus fronteras y repatrian a sus ciudadanos de territorio chino en respuesta a la propagación de la enfermedad.
Las autoridades sanitarias chinas informaron de 46 víctimas en las últimas 24 horas y mil 340 nuevos contagios en la provincia de Hubei, la más afectada. En todo el país hay más de 11 mil casos confirmados.
«Estoy lleno de culpa y remordimiento (…) Si hubiera tomado antes medidas restrictivas, el resultado habría sido mejor de lo que es hoy», dijo Ma Guoqiang, secretario del Partido Comunista Chino (PCC) en el municipio, en una inusual admisión de responsabilidad de un político chino.
El embajador chino ante la ONU en Ginebra, Xu Chen, aseguró sin embargo que «no hay que entrar en pánico innecesariamente, ni tomar medidas excesivas», y señaló que la Organización Mundial de la Salud (OMS) «confía plenamente en China».
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, criticó estas medidas de Washington al señalar que no «son correctas ni apropiadas».
«Estados Unidos se apresuró a ir en sentido contrario (a la OMS). Ciertamente, no fue un gesto de buena voluntad», agregó Hua.
Tras una reunión en Ginebra, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró el jueves la epidemia «emergencia de salud pública de alcance internacional», después de que el organismo fuera fuertemente criticado por no haber alertado antes de la gravedad de la situación.