Por Arturo Lino Guzmán
Apenas la semana pasada nos referimos a los resultados del sector turístico en 2019 dados a conocer por el Secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, quien informó de un balance positivo para la industria que, como lo hemos reiterado en múltiples ocasiones, mantiene dinamismo gracias al esfuerzo y a la dedicación de la familia turística que ha impedido que la actividad tenga una caída, de la cual sería difícil recuperarse dadas las condiciones que se observan en la actualidad.
Y por qué es importante subrayar que esta condición favorable en la que se desenvuelve el turismo se debe a la participación de la comunidad turística, pues simplemente porque el trabajo de años que hay detrás y las inversiones comprometidas no se pueden ignorar, ya que existe mucho en juego y, además, porque el turismo se mantiene como uno de los más importantes pilares de la economía al aportar el 8.7% del PIB nacional, por lo tanto se mantiene la esperanza de que 2020 sea decisivo y si no, por lo menos haya buenos logros o sea un buen año en el que se consoliden aquellos temas que aún prevalecen inciertos: Tren Maya, Aeropuerto Santa Lucía e inicio de los planes de promoción.
Pero existen otras cifras que se obtienen de fuentes serias como lo es el estudio de la Universidad Anáhuac y del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET): “El Panorama de la Actividad Turística en México” del segundo cuatrimestre de 2019 (mayo a agosto) que se dio a conocer hace unos días en un evento al que asistieron integrantes de la academia, empresarios, legisladores y funcionarios de los tres niveles de gobierno, así como especialistas en turismo, quienes escucharon en voz de Francisco Madrid Flores, director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de esa casa de estudios, una visión realista de cómo se encuentra el turismo en México.
En la presentación de este documento, también firmado por Pablo Azcárraga Andrade, presidente del CNET se establece que el turismo mexicano tuvo la fortaleza suficiente para superar los avatares de una de las peores crisis de su historia provocada por la combinación de tres factores que en conjunto configuraron la tormenta perfecta: La gran recesión, la inseguridad y la epidemia de Influenza, pero a partir de 2013 la expansión vivida ha representado el mejor momento para el turismo.
Se destaca que hoy, nuevamente las amenazas que se ciernen sobre el turismo son preocupantes, pues las señales de desaceleración de la economía mundial son cada vez más claras, en tanto el mercado interno mantiene un tibio comportamiento, a la vez que el flagelo de la inseguridad incide en la toma de decisión de viajes, así como la falta de promoción por la carencia de recursos públicos.
Destacan que aun cuando es positiva la iniciativa de la creación del Consejo de la Diplomacia Turística, es predecible que los destinos turísticos enfrenten momentos retadores en los próximos años por lo que la industria turística debe asumir un papel más proactivo, no sólo de cara a las dificultades que se avizoran en la coyuntura de corto y mediano plazo, sino de una manera más enérgica en trabajar en el posicionamiento del turismo de la agenda pública del país, esto es que la labor a realizarse deberá contemplar que las decisiones del actual gobierno deban ser más claras y precisas, así como las políticas públicas tengan viabilidad y vayan enfocadas puntualmente al apoyo de los planes estatales y sectoriales.
En su Resumen Ejecutivo considera que el turismo mexicano mantiene una desaceleración desde agosto de 2017 y en ese contexto los resultados del componente internacional parecen buenos, sin embargo, la lectura de los mismos debe realizarse con mucha cautela ante el relevo estadístico que hizo el INEGI y también los datos reportados por la Organización Mundial del Turismo (OMT) sobre el movimiento turístico internacional en el verano pasado se mantienen en terrenos positivos pero se advierte una desaceleración generalizada. Dos de los tres países del mundo más visitados en el mundo (Francia y Estados Unidos) reportan crecimientos negativos anuales.
Algo que llama la atención es que el fenómeno de la inseguridad sí afecta el comportamiento del turismo y en una encuesta realizada a empresarios, se destaca que 83.3 % de los consultados considera que sí hay afectación por ese tema, pero es una cifra menor al 94.2 por ciento al periodo previo.
En términos generales la percepción de inseguridad es una variable crítica que compromete el potencial del desarrollo del turismo en el país y se mantiene una visión pesimista al termino de 2019 y hay poca expectativa en torno al Consejo de la Diplomacia Turística ya que 50% considera no serán resueltas por esta instancia, 33.3% por ciento opina que no de ningún modo y 16.7%, considera que sí, aunque deben ser complementadas con otras actividades.
No hay sorpresas, la expectativa se cumplió en 2019 y pese a que el tiempo apremia y la realidad es que el turismo muestra una tendencia al estancamiento, el panorama no es del todo positivo, pero habrá que tener confianza en que el sector mantenga su ritmo. No debemos perder el optimismo a pesar de la situación económica y política en el país.
