Por Gerardo Lavalle
Supongo que ya terminó de barrer de arriba hacia abajo, como se barren las escaleras y la corrupción que estaba desde la azotea hasta la planta baja, desapareció.
Es la única explicación para que de la nada se anuncie la Ley de Confianza Ciudadana que fue aprobada por el Congreso de la Unión y publicada en el Diario Oficial de la Federación desde el pasado 3 de diciembre sin que se haya hecho siquiera un susurro para darla a conocer.
¿Qué pretende esta legislación?
Por partes: terminar con la presencia y actuación de los inspectores porque, como dijo el presidente en su conferencia de esta mañana, porque la corrupción está ahí, abajo.
“Ya se aprobó la Ley de Confianza Ciudadana porque así como hay quienes están malacostumbrados y abusan, para combatir la corrupción desde abajo, pero si siguen los inspectores y pasan a recoger el moche a los comercios, van a decir que eso de que no hay corrupción es puro cuento, demagogia del presidente”, hizo hincapié.
Se trata de que los “de abajo, como los de arriba” cumplan con las responsabilidades bajo protesta de decir la verdad, terminar con la corrupción en los niveles de abajo y desaparecer la figura de los inspectores, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador al informar que dicha legislación ya fue aprobada.
(Es extraño que hasta hoy la de a conocer cuando en el DOF se publicó desde el 3 de diciembre. Sus razones habrá tenido).
Será la Secretaría de Economía la responsable de tan “importante tarea”, según se desprende de las afirmaciones presidenciales.
Durante la conferencia de prensa matutina, explicó que no habrá inspectores, que los dueños de comercios se van a inscribir en un padrón y bajo protesta de decir verdad cumplirán con sus obligaciones. La Secretaría de Economía se hará cargo de esta tarea.
En su conferencia de esta mañana declaró que “Aquí no es de inspección, la Ley de Confianza Ciudadana, a ver si se difunde el día de hoy y la Secretaría de Economía explique el mecanismo, que todo el mundo se entere cómo va a aplicarse”.
Parece ser que al Ciudadano que radica en Palacio Nacional le encantan los juegos de azar. Eso explicaría el siguiente párrafo:
“Se va a hacer posteriormente un sorteo, pero para decirlo más fino, por insaculación, se hace una inspección, no de todos, sino es una muestra y se va a corroborar si se cumplió. Si en efecto, a todo lo que se comprometió es cierto se va a entregar un reconocimiento de buen ciudadano. Si resulta que engañó, simuló, pues entonces se hace acreedor a una multa y va a seguir siendo inspeccionado”, advirtió.
¿En qué consistirá el reconocimiento? A lo mejor serán unas estrellitas para que el comerciante o empresario se las peguen en la frente po0r buen comportamiento.
Esta ley generará desempleo, porque desaparecerán los inspectores de la Procuraduría del Consumidor, Salud, Economía y un largo etcétera.
La barrida, pues, va de abajo para arriba. Algo así como escupir al cielo sin que se le ensalive el rostro.