*Caso Torreón: Reacciones, Reflexiones y Especulaciones
*Un Abuelo Presuntamente Dedicado al Delito
*Después del Cateo hoy Está Acusado del Ilícito de Omisión
*Con un Padre Expresidiario en Estados Unidos
*El DIF, Debe Aprovechar su PotencialidadSobre la Familia
Por Alejandro Zapata Perogordo
Aun no terminamos de asimilar la lamentable tragedia ocurrida en el Colegio Cervantes de Torreón, donde un menor de once años privó de la vida a su maestra e hirió a otras seis personas para después quitarse la vida. El sorpresivo incidente ha causado una conmoción a nivel nacional y allende las fronteras al ser un acontecimiento por sus características inédito en el territorio mexicano.
El episodio ha provocado reacciones, reflexiones y especulaciones de muy diversa índole, en particular por las condiciones del entorno familiar del menor que, por lo visto, nadie previó los alcances que finalmente se presentaron, ni por el lado de sus maestros ni tampoco de los parientes.
A toro pasado, al realizar las investigaciones las autoridades se dan cuenta que el abuelo paterno con quien vivía el joven, huérfano de madre, se dedicaba a actividades delictivas al manejar fuertes cantidades de numerario; presumiblemente ligado al narcotráfico, lavado de dinero y homicidios. Al realizar los consecuentes cateos domiciliarios localizaron armas en su domicilio y es acusado del ilícito de omisión al permitir que el joven tuviese acceso a las pistolas involucradas con los hechos.
Por otro lado, el padre expresidiario en Estados Unidos por tráfico de drogas, recientemente salió de la cárcel hace apenas unos meses.
Es evidente que no se requiere ser perito en la materia para arribar a la conclusión de que el ambiente alrededor de la vida familiar del muchacho, por decir lo menos, era disfuncional. También cobra relevancia el acto al ser premeditado; sabía manejar armas y; llegó al extremo del suicidio, aspectos que no son menores.
Lo que llama poderosamente la atención es que en la escuela no se hayan percatado de que el joven tenía problemas o bien, los maestros y directivos conociendo a la familia tuvieron temor fundado de que si algo decían les podría ir mal, sin embargo, resulta obvio que debieron haberse percatado de que algo no andaba bien.
Ante el escenario descrito, con el clima de violencia que se presenta en el país es irremediable abordar el tema de la educación, pues si bien este es un caso aislado, también en su momento las ejecuciones lo fueron hasta que se generalizaron.
Las cosas hay que decirlas como son, en la actualidad han cambiado los patrones tradicionales de las familias, pues las condiciones y circunstancias sociales, económicas y culturales han variado con el paso del tiempo, reflejándose en el núcleo educativo de origen: la familia.
Es válido afirmar que los tristes sucesos en el Colegio Cervantes constituyen un grito desesperado para poner atención al entorno familiar de los jóvenes estudiantes, sobre todo en la detección, atención y seguimiento de familias disfuncionales.
Esa labor le ha correspondido al sistema del Desarrollo Integral de la Familia, por sus siglas DIF, dependencia que debe aprovechar sus potencialidades y trabajar en la creación de políticas encaminadas a la reconstrucción del tejido social y al funcionamiento adecuado del núcleo familiar.