Jano, Dios de las Puertas

*Veremos si en 2020 los Partidos Velan sus Armas

*Y si Lucharán en 2021 por Obtener Curules en la Cámara

*No Todos los que Quieran Entrar lo Lograrán

*Seguir Viendo Hacia Atrás y con Puertas Bajo Llave

Por Ezequiel Gaytán

Jano es, en la mitología romana, el dios de las puertas, los comienzos, las transiciones y los finales. Su importancia aún perdura pues le consagramos el primer mes del año, Janero que en el idioma español derivó en enero, pero que, en los idiomas inglés, francés, portugués e italiano perdura la letra jota. A dicho dios se le representaba mediante un medallón con dos caras de en el mismo lado de la moneda y éstas miran en direcciones opuestas. Los romanos acostumbraban colgar dicha imagen en las puertas de sus casas, ya que ese dios representaba, por un lado, el pasado y el futuro. A la vez representaba los valores y principios éticos que los padres enseñaban a sus hijos con la idea de que los párvulos fuesen congruentes en su comportamiento dentro y fuera de casa. Léase era un dios que exigía la sensatez ética armónica, intrínseca y extrínsecamente. La existencia de Jano representaba también la visión del oriente, donde sale el sol y el occidente, lugar donde muere a fin de renacer. Por supuesto también hay quien ve en esa deidad a la hipocresía por la doble cara, pero dicha visión es derivada de la imposición del cristianismo y su acecho en contra de los dioses mitológicos.

Sucede que las puertas son algo más, mucho más que un tablón usualmente de madera que une y separa, deslinda lo público de lo privado, abre y aísla o establece una relación de seguridad-inseguridad, ya que el tema ha fascinado a poetas, teólogos, estetas, psicólogos y políticos. ¿Cuántas veces hemos escuchado que los candidatos a algún cargo de elección popular nos dicen que “trabajarán con las puertas abiertas”? o refranes como “La puerta abierta es la más segura”. Aún más, el poeta inglés William Blake escribió en su famoso poema “El matrimonio entre el cielo y el infierno” que Si las puertas de la percepción se purificaran todo se apreciaría al hombre como es, infinito. De ahí que el escritor Aldous Huxley retomara la idea “de las puertas de la percepción” y posteriormente el grupo de Rock encabezado por Jim Morrison diera nombre a su banda The Doors (Las puertas).

El mito de Jano nos enseña que nuestra vida está marcada desde el hogar y representa una partida de casa y la esperanza del regreso. Es decir, el fin de un año y el inicio de otro. Un ciclo y transición sin fin se debe a que somos herederos de enseñanzas, principios y valores que nos enseñaron nuestros padres y habremos de reproducir en la educación de nuestros hijos y ellos con su propia descendencia.

La interpretación que el politólogo francés Maurice Duverger vislumbra en Jano es el de la política flexible que permite a las partes en conflicto llegar a un acuerdo y, consecuentemente, subsistir sin necesidad de violencia, pues ve en la deidad una cara que representa la lucha y en la otra la integración del adversario. Lo cual es una interpretación original y con aciertos, pues el pensador galo propone que los políticos son duales, manipuladores y expertos en el arte del engaño.

No creo que hoy en día haya una sola casa en occidente en la que esté colgado un medallón en la puerta de la fachada representando a Jano. Y, sin embargo, su presencia subjetiva está presente. El planeta habrá de girar y Enero regresará a fin de que evaluemos lo sucedido en el transcurso de los doce meses. Estará presente y veremos si el 2020 es el año en el cual los partidos políticos velan sus armas y lucharán por obtener curules en la cámara de diputados en 2021.

Las puertas están abiertas, pero no todos los que quieran entrar a San Lázaro lo lograrán. Jano nos permitirá evaluar la congruencia e integridad de los candidatos y podremos observar si los principios y valores que dicen haber aprendido en sus hogares son consecuentes con sus acciones éticas públicas.

Jano es un dios complejo, cultural y sujeto a múltiples interpretaciones. El hecho es que este mes está dedicado a él porque estamos iniciando un año importante y que debemos orientar nuestras acciones hacia el futuro; esa es una de sus cualidades y virtudes. En caso contrario, si nuestra clase política sigue utilizando su figura a fin de ver hacia atrás y encerrarnos entre cuatro paredes con las puertas bajo llave, poco avanzará el país.

Sé que la metáfora utilizada en este artículo no puede llegar más lejos y que estoy esgrimiendo las ventajas que la mitología greco-romana nos heredó. Pero en eso descansa la sabiduría de esas civilizaciones. Léase, con toda proporción guardada, que las lecciones siguen siendo válidas hasta nuestros días.

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