Por Jesús Michel Narváez
Apenas habían transcurrido 24 horas de que el subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López-Gatell Ramírez denunciara el “chantaje” que realiza la empresa hegemónica que distribuye el Metrotxato en los hospitales públicos y entidades privadas y 14 días de haber iniciado sus operaciones el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI), el presidente de la República arrojó no un balde sino un océano de agua fría para quienes reclaman ser atendidos en su salud: Será hasta el 1 de diciembre que el gobierno tenga garantizada la atención médica y medicamentos gratuitos para toda la población.
Así que, enférmese, muérase, que en diciembre ya tendrá atención médica y fármacos gratuitos…y por supuesto, sus familiares tendrán que pagar por el féretro.
López-Gatell reconoce que en algunos hospitales del país no se cuenta con el medicamento para el tratamiento de cáncer, pero advierte que el “gobierno no se dejará chantajear”. Una réplica del discurso presidencial de hace un año cuando las compras consolidadas se trasladaron a la Oficialía Mayor de Hacienda.
No entiendo la política de salud.
Sin tener un proyecto definido, con reglas de operación que hagan funcional el INSABI, se decidió desaparecer el Seguro Popular, que el presidente definió como “ni es seguro ni es popular” y punto. La palabra presidencial no se discute aunque la gente se enferme y se muera.
Surge la duda razonada: ¿no son primero los pobres?
Porque quienes estaban en el Seguro Popular son, precisamente, los menos favorecidos por la política de salud que hay en México y sigue como antes… quizá menos eficiente que en tiempos anteriores.
“… El otro desafío por su complejidad, es el de garantizar la atención médica y los medicamentos gratuitos a toda la población. También para el primero de diciembre”.
Uno tiene que preguntar quién tuvo la peregrina idea de cancelar el Seguro Popular sin tener cómo sustituirlo. Y como colofón del tema, senadores del PAN denuncian que el padrón del Seguro Popular “desapareció y nadie lo puede consultar”.
Así las cosas, usted téngale paciencia al Presidente y si se enferma, saque sus ahorros y pague la consulta de un médico general y compre los medicamentos que le receten. Si no lo hace tendrá que esperar largos 11 meses. A ver si el cuerpo aguanta.
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